Conferencia de Miguel Ángel Bernabé Poveda en el XXXIII Seminario Orotava de Historia de la Ciencia, desde la sede de Fundoro.
Preguntarse acerca de la realidad e intentar representarla de forma correcta y comprensible ha sido el intento de la cartografía en los últimos 2500 años.
Pero debido a limitaciones de nuestra percepción, así como la forma de procesar la información de nuestro cerebro, aún en la actualidad podemos caer en el autoengaño mediante la elaboración de “pseudo-imágenes”. Ejemplos de esta situación pueden ser la interpretación de bajos y altos relieves o la errónea compresión de otro tipo de imágenes en mapas elaborados incluso con las últimas tecnologías.
Tal situación se ha intentado resolver mediante el análisis de lo que algunos especialistas han denominado “gramática visual” y de la investigación en la “sintaxis visual”. En esta habría que tener en cuenta determinados aspectos como la importancia de lo pequeño y lo oscuro, la lectura de izquierda a derecha, la utilización de no más de 5 escalas de colores, las diferencias entre la horizontalidad y la verticalidad o la relación de los tonos de color en relación con el entorno.
La manera de mejorar la elaboración y la comprensión tanto de mapas como de otras formas de representación habrá de pasar por la aplicación de estas leyes de la gramática visual. Dado que es frecuente en la actualidad la aparición en diferentes medios de comunicación de mapas mal elaborados en su forma de representar datos, haciendo incompresible para cualquier persona la interpretación de los mismos.