Conferencia de Guillermina Martín Reyes (FUNDORO) con el título "Las primeras mujeres en la investigación científica española", dentro del XXXIII Seminario Orotava de Historia de la Ciencia.
Para entender la situación de las primeras mujeres científicas en España hay que situarse en el marco político y social de finales del siglo XIX. Así, por ejemplo, en la época de Isabel II la educación primaria estaba diferenciada por sexos y las mujeres sólo podían acceder a la universidad por la vía de estudiar magisterio. En la Restauración Monárquica de 1875 se prohibió a las mujeres cursas estudios de bachillerato y sólo podían asistir a la universidad como “alumnas no oficiales”. Pero en el periodo de Alfonso XIII, en el que se creó la Junta de Ampliación de Estudios, se volvió a permitir el acceso de la mujer a la universidad. Más adelante, la Segunda República supuso un breve periodo de apertura que terminó drásticamente con la Guerra Civil. A pesar de todo ello habría que resaltar iniciativas como la que tuvo lugar en 1915 en la que entró en funcionamiento la Residencia de Señoritas, auténtica puerta de entrada para muchas mujeres a los estudios universitarios.
A pesar de este ambiente, muchas fueron las mujeres que lograron hacerse profesoras e investigadoras en una Universidad Española que tantas veces pretendió cerrarle las puertas debido a su género. Este es el caso de Margarita Comas que, tras cursar estudios de Magisterio, se especializó en biología y llegó a realizar estudios genéticos muy parecido a los que en la misma época realizaba Thomas Morgan con la mosca "Drosophila melonagaster". En esta misma disciplina también destacó Jimena Fernández de la Vega quién investigó también en genética, pero desde la perspectiva de la medicina. Por su parte Felisa Martín Bravo fue la primera doctora en física con estudios relacionados con los Rayos X. En la misma época Jenara V. Arnal se pudo dedicar a la docencia y la investigación en química llegando a asistir a varios congresos de la IUPAC. Todas ellas tuvieron que enfrentarse a un ambiente hostil siempre dominado por sus compañeros masculinos. Como también fue el caso de Dorotea Barnes que tras doctorarse en química destacó por sus estudios en espectroscopia Rama.