Quince de marzo del año de nuestro Señor, dos mil veinticuatro.
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“La agricultura es un pilar básico de toda sociedad. Ya que la producción de alimentos es fundamental para el sustento de las personas. Y la agricultura circular es la forma de trabajar la tierra teniendo en cuenta los productos, los servicios, los residuos, el agua y la energía. Pretendiendo conseguir el mejor aprovechamiento de los mismos y, en especial, una reducción del impacto en la sostenibilidad.”
Nosotros llevamos muchos años practicándola, puesto que tanto las labores agrarias que realizamos, como los trabajos que desempeñamos, los llevamos a cabo procurando otorgarle a todo cuanto generamos, una aplicación que resulte práctica y efectiva en nuestra finca «Minguillao», a la vez que contribuya a ser sostenible.
Algunos ejemplos de ello son:
- Como consecuencia del subsolado de las parcelas en las que estamos colocando nuevas plantaciones, todas las piedras que los destripadores sacan a la superficie, las utilizamos para rellenar las cárcavas que las tormentas generan en parcelas con pendientes muy pronunciadas, con el propósito de reducir las pérdidas de suelo.
- El ramón que cada año generamos como consecuencia de la tala de los olivos, lo picamos y lo dejamos en el centro de las besanas, para que al descomponerse se transforme en abono vegetal.
- A finales de la primavera, las cubiertas vegetales que desbrozamos tras haberse secado, utilizamos el cultivador para mezclarlas con la tierra, con el propósito de que también se transformen en abono vegetal.
- Las hojas de olivo que nuestra limpiadora de aceitunas amontona, las depositamos alrededor de los troncos de los plantones para que les sirvan de fertilizante.
Las lluvias, al enternecer la tierra y generar barro, propician que en algunos de los nuevos carriles que hemos habilitado, las ruedas de los vehículos, del tractor y de los aperos remolcables, terminen generando rodaderas que complican la circulación por ellos. Y debido a que no podemos hormigonarlos por lo caro que resultaría, el recurso más barato, efectivo y duradero para evitar las rodaderas, consiste en generar una capa de varios centímetros de grosor con chinos y piedras de tamaño mediano, que al mezclarse con el agua y el barro, tras secarse, forman una superficie lo suficientemente dura, como para impedir que las ruedas la deformen.
Para este fin utilizamos todos los montones de piedras que cada año conforman nuestras limpiadora y lavadora portátiles, al limpiar y lavar las aceitunas que recolectamos del suelo en nuestra finca. Pero también empleamos en el mismo fin, los chinos que se acumulan en los molinos y en las cooperativas, los cuales cargamos en nuestro remolque, tras haber descargado previamente las aceitunas que les entregamos. De este modo, conseguimos que todos los trayectos que realiza nuestro tractor tengan un motivo justificado, tanto en el viaje de ida como en el de vuelta. Y que por lo tanto, el gasto de combustible responda igualmente a un razonamiento justificado.
Y tras descargarlos en los carriles que los precisan, José Luis Jiménez se encarga de esparcirlos y apelmazarlos, con la efectividad con la que realiza todos los trabajos que desempeña.
De este modo, año tras año nos ocupamos de mantener en buen estado todos los carriles de nuestra finca, depositando en ellos las piedras pequeñas dispersas que recogemos de las soleras de los olivos, asignándoles así, una práctica, económica y sostenible utilidad a las mismas.
Muchas gracias por visualizar este vídeo y que todo le vaya muy bien.
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