La obesidad es la epidemia del siglo XXI. En 2016, más de 1.900 millones de adultos tenían sobrepeso, y más de 650 millones eran obesos.
En el caso de los niños, las cifras son aún peores. En Europa, hasta el cincuenta y dos por ciento de los niños y el cuarenta y tres por ciento de las niñas de entre seis y nueve años son obesos.
La lucha contra la obesidad es importante, ya que tiene consecuencias para la salud. Las personas con esta afección tienen un mayor riesgo de desarrollar otras enfermedades como diabetes, enfermedades cardiovasculares o algunos tipos de cáncer. Y en los niños, también tiene un efecto psicológico, ya que afecta su autoestima y sus interacciones sociales.
Lo más importante de la obesidad es que se puede prevenir. Tiene mucho que ver con nuestro estilo de vida, así que hay varias cosas que podemos hacer. Podemos seguir una dieta bien equilibrada y variada, para comer las calorías que nuestro cuerpo necesita. Y si hacemos actividad física frecuente, podemos quemar las calorías adicionales que ingerimos.
Pero estas acciones no funcionan de la misma manera para todos. Por ejemplo, usted probablemente ha notado que algunas personas son más propensas a aumentar de peso, mientras que otras pueden comer casi lo que quieran y permanecer igual.
La razón de esto está oculta en nuestros genes. Como humanos, compartimos la mayor parte de nuestro material genético, pero una pequeña parte es diferente y juega un papel clave en la obesidad. Algunos de estos cambios, llamados SNPs, afectan sólo una letra entre los miles de millones que forman nuestro ADN y pueden hacer que alguien sea más susceptible a desarrollar obesidad.
Por lo tanto, la genética, además de la dieta y la actividad física, también tiene un papel en esta enfermedad.
No podemos cambiar la genética, pero si analizamos estas pequeñas variantes, podemos saber si una persona tiene predisposición a volverse obesa. Y con esta información, los médicos pueden, por ejemplo, sugerir la mejor dieta. A esta estrategia la llamamos nutrición de precisión.
La nutrición de precisión se convertirá en una herramienta útil para combatir la obesidad infantil.