La arquitecta Andreína Raventós se plantea en su espacio las viviendas de un futuro a través de un cápsula espacial que funciona como un hogar nave de tan solo 18 metros cuadrados, pero con todo lo necesario a bordo: zona de estar, de descanso, cocina integrada, un cuarto de baño completo y hasta un vestidor.
Así, en tan solo dos módulos centrales, se desarrolla el programa completo de una vivienda que, a su vez, sirve de medio de transporte. La parte inferior de la cápsula se revistió con espejos y maceteros con plantas que crean un extenso jardín imaginario para ampliar el espacio. El suelo de mosaico de vidrio reciclado, la encimera de piedra sinterizada, la domótica, la grifería y los textiles reciclados forman parte del equipamiento de diseño vanguardista con la última tecnología.