Toda imagen, toda representación, al no ser propia, al ser dada, como condición de verdad y de subordinación a la verdad, de un saber y poder de un otro, que nos domina, que se nos impone, con la visión y el concepto, con la palabra y el lenguaje. Que nos encierra, nos limita, nos atrapa y encierra en una imagen, en un concepto, en la visión y el concepto de su verdad, de su poder, de su violencia. Una vez segado uno, limitado definido determinado, formado movido animado, por la visón, por el concepto domínate, de la violencia del otro, como indio , como eslavo, como negro, como mujer, como lo que sea, no se puede escapar, Termina convirtiéndose, la violencia simbólica de la palabra, del concepto, en el dar a ver, en el enseñar a ver, en una forma de ceguera colectiva y generalizada. En una forma de incapacidad y de pérdida de la visión, de privación generalizada de la visión, de la pérdida total de la libertad, de todos aquellos, que por lo mismo, no pueden más que obedecer, responder la nombre. Paradójicamente por medio y a través de la visión, de la representación, de la violencia, que se nos impone, como el poder de un mundo, que nos deprecia, nos violenta, y que se nos impone a todos nosotros, como meros despreciable descartables seres vivos. Mundo fundamentado en la violencia que nos es dado a ver, a sentir, sufrir, a gozar y experimentar, sin que nosotros participemos activamente, de lo que vemos y percibimos, ni de la participación activa creativa de tal mundo. Como espectadores pasivos incapacitados de ver, que no podemos participar de la creación, de la confabulación visual mental de lo que vemos y sentimos, al no poder participar visualmente activamente de la construcción de tal mundo. Se crea y establece la anulación, la pérdida con la prédica de la visión, la ceguera absoluta por la visión absoluta. La ceguera blanca de un observador pasivo condenado a ver sentir experimentar lo que se le diga, se le muestre, se le señale , se le nombre, una forma de ceguera auditiva. Que se se nos impone por la palabra, el concepto, incapacitado totalmente de ver por sí mismo, de crear y participar activamente por sí mismo, con su capacidades totalmente anuladas. Somos los únicos seres vivos que no pueden participar, por la pérdida de la visión, de la construcción activa y participativa del mundo. La anulación de la capacidad visual de ver, sentir y experimentar, por uno, nos condena a la acción realización visual de un otro, se crea y se establece, se obedece y se responde, conceptual y simbólicamente, a vivir , a experimentar , un mundo, una realidad, que no es creada, establecida, amada cuidada por el ciego, ya que se nos condena a un mundo que se nos impone por la palabra el lenguaje. Se provoca la castración, la anulación del ver, del sentir y experimentar, por uno, por medio de lo que se nos da a ver, por medio y a través de la palabra, de la lengua, de las imágenes y las representaciones, de quien nos violenta, nos domina, con la violencia política de su imágenes y representaciones. De quien nos anula con su visión, la visión autoritaria del poder, de la verdad, establece la ceguera colectiva y generalizada, tras robarnos la visión, la capacidad de participación y creación de un mundo a ver, no fundamentado en la violencia, a vivir, a crear, a sentir y experimentar, fundamentado en el amor y el respeto, por todo ser vivo. A lo que se nos roba la visión , por la palabra, el concepto , se nos roba, se nos impide la participación, la creación activa, por medio de la palabra, de la lengua, de la verdad, ya no de la autoridad, de un otro, que se impone, por medio de la violencia, con su autoridad, con su verbo, hágase la luz tras la ceguera colectiva. De un estado dominante, del que es dependiente, ya que uno totalmente ciego no puede ver ,ni experimentar , ni fabricarse crearse ninguna salida. Ya que se nos impone la ceguera, como condición de la aceptación, de la incorporación en el orden social, se impone la existencia contemplativa y pasiva de la violencia generalizada de la obediencia absoluta a la palabra, al verbo divino de la verdad. A partir de las condiciones visuales interpretativas de nuestra condición de subordinación y dependencia absoluta a un estado de poder, al estado de la violencia, que nos ilumina, que nos rige y domina, en nuestra oscuridad y ceguera. Para un ejemplo, los israelíes no pueden bajo ningún concepto dejar de ver, de verse, sentirse y experimentarse como israelíes, como tampoco los palestinos no pueden bajo ningún concepto dejar de ver, sentir y experimentarse como palestinos. Como los ucranianos como ucranianos, los ruso como rusos, bajo ningún concepto se pueden autorizar, a dejar de ver, sentir y funcionar, económicamente como palestinos, como israelíes. Si recuperan la visión, tal vez podrían amarse y respetarse, como seres vivos, pero esta recuperación de la visión, de la creación y participación activa, seria y representaría, para toda nuestra civilización, toda una catástrofe, para las arcas de la violencia de un sistema fundamentado en la ceguera, el derrumbe de su imperio . La recuperación de la visión, de la capacidad de creación y participación, implicaría fundamentarse en le respeto, en el amor y la contemplación recíproca, y no en la violencia y la ceguera, impidiendo erradicando la castración simbólica, sería la catástrofe económica del sistema capitalista. Saludos .