En el prepirineo aragonés, en la comarca oscense de Ribagorza, se encuentra el municipio de Secastilla, y en su término municipal, junto al embalse de El Grado, aparece el impresionante y bello santuario de Torreciudad, templo promovido por deseo expreso de Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, dedicado a la Virgen María. En opinión de José María Pemán: “Torreciudad es la estrella, clara y bella que conduce al peregrino. Torreciudad no es un alto en el camino, porque Ella misma es el camino, vida, esperanza y verdad…”.
Comenzamos las imágenes con las claras y bellas aguas turquesas del gran embalse de El Grado, alimentado por el río Cinca, uno de esos grandes cauces que forman parte de la inmensa red del río Ebro. A orillas de este embalse, sobre unos riscos, en una privilegiada ubicación, se encuentra el santuario de Torreciudad, dueño de un impactante entorno natural que incrementa, aún más, la belleza y majestuosidad de este santuario. Los arcos de piedra, las azules aguas del pantano, la multitud de cumbres en el horizonte, que al día de hoy a buen seguro que estarán nevadas, y los humildes ladrillos, le confieren al santuario un cálido y familiar ambiente.
Situado en un paraje con gran atractivo natural, se conserva una torre de vigilancia de época árabe que da nombre al conjunto: turris civitatis, torre-de-la-ciudad. Junto a ella se alza sobre unos riscos la antigua ermita.
Desde el siglo XI, los cristianos han venerado a Santa María bajo la advocación de Nuestra Señora de los Ángeles de Torreciudad. La Virgen de Torreciudad es una talla románica entronizada en 1084. Es una de las llamadas vírgenes negras, sedente, con el niño en sus brazos mirando al frente.
Desde tiempo inmemorial se encuentra en una ermita situada en un saliente escarpado sobre el río Cinca, entre el barranco de La Sosa y el de Bolturina. Pertenecía históricamente al término municipal de Bolturina, pero al quedar esta población deshabitada, el término se integró en el de Secastilla.
En 1904, Josemaría Escrivá de Balaguer, que nació en Barbastro, a unos 24 km del santuario, con dos años de edad fue llevado en peregrinación hasta la antigua ermita en brazos de su madre: había sufrido una grave enfermedad de la que se temía su muerte, por lo que sus padres pidieron a la Virgen de Torreciudad su curación. Obviamente que se consiguió.
En la década de 1960, Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, institución de la Iglesia Católica cuya misión consiste en difundir el mensaje de que el trabajo y las circunstancias ordinarias son ocasión de encuentro con Dios, de servicio a los demás y de mejora de la sociedad, decide construir un nuevo santuario en agradecimiento a la Virgen, aledaño al antiguo que data del siglo XI.
El nuevo templo y sus edificios anexos se inauguraron el 7 de julio de 1975, doce días después del fallecimiento del fundador del Opus Dei, y fue construido por el arquitecto Heliodoro Dols, a unas decenas de metros de la ermita.
Con un estilo muy personal, destaca por la variedad de formas, creadas con un único elemento constructivo, el ladrillo a cara vista. En las esquinas y las ventanas se utilizó el alabastro. Ambos materiales son tradicionales en las construcciones de la comarca. El santuario tiene dos plantas: la nave principal (planta superior), que incluye un coro alto, y una cripta con cuatro capillas (vírgenes del Pilar, de Loreto, de Guadalupe y la Sagrada Familia) y confesionarios.
En el interior de la iglesia destaca el retablo realizado en alabastro y dos órganos equipados con 4.072 tubos y 25 campanas tubulares, centro de interés de un festival de música de órgano que se celebra en agosto (precisamente la fiesta de la Virgen de Torreciudad se celebra el domingo siguiente al 15 de agosto).
Repartidos por el recinto del santuario están representados en cerámica los veinte Misterios del Rosario; las catorce estaciones del Vía Crucis; y las escenas de los Dolores y gozos de San José, catorce momentos de la vida del esposo de María (realizados en azulejos).
Como podemos apreciar en las imágenes, el conjunto queda enmarcado por una amplísima explanada cerrada por arquerías de medio punto preparada para recibir a varios miles de personas.
Desde mediados de la década de 1980, el santuario ha promocionado la llamada ruta mariana, que enlaza Zaragoza (por la basílica del Pilar), Torreciudad y Lourdes.
(Nota: Algunas grabaciones o textos han podido ser cedidos por amigos y colaboradores del canal. Nunca ha existido el ánimo de lucro).