La figura de Santiago Ramón y Cajal se agiganta a medida que pasan los años. Ahora, más de siglo y medio después de su nacimiento, allá por la mitad del XIX, y a cien años vista de la concesión del Nobel de Medicina, sus aportaciones en el terreno de la neurología son indiscutidas y reverenciadas. Sin embargo, el centro social y cultural de la Casa Encendida, perteneciente a la Obra Social Caja Madrid, ha querido aunar en una exposición la indiscutible trascendencia de su labor científica con el valor artístico de su material de investigación, y otras obras de creación en diferentes campos como la literatura, la pintura.... En definitiva, la obra de un genio, nacido en un país secularmente sumido en las tinieblas en el mundo de la ciencia.. La dos salas, ocupadas por la memoria física de Cajal, dividen la atención del visitante entre la atracción estética de sus dibujos, fotografías y óleos, y la curiosidad que provoca conocer el instrumental del que se valía el científico en el entre siglo para conocer las asombrosas intimidades físicas del ser humano. Los cientos de dibujos mostrados en esta exposición nos hablan de la dedicación del científico a la anatomía humana. Este puente tendido entre la ciencia y el arte no debe hacernos olvidar que la obra de Cajal fue un vigoroso impulso para la ciencia en España, que hasta el momento era un auténtico erial. La obra de Cajal introduce a nuestro país en el panorama científico con auténticas mayœsculas, siendo puntero en las neurociencias. Para saber más:
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