Faltaban dos horas para el vuelo Mallorca-Los Ángeles. Michael Douglas estaba de mal humor. En la cabina de primera clase hacía frío e hizo un gesto a la azafata. Le pidió que le trajera una manta, vino caliente y que pusiera una película.
Sorbiendo el vino caliente, empezó a ver la película La máscara del Zorro y se quedó dormido. Probablemente alguna otra tontería..... Empezó a pensar en lo que le esperaba en Los Ángeles. El frío apartamento de Elm Drive que había comprado a toda prisa cuando dejó a su mujer Deandra. Cajas de pertenencias sin desembalar, una nevera vacía, un teléfono desenchufado. Otro interrogatorio en comisaría: su hijo Cameron vuelve a tener problemas. Los más tediosos trámites de divorcio, que se alargan durante meses: Deandra exige una indemnización enorme, su piso en Nueva York, una casa de verano en la localidad española de Mallorca.
Estaba a punto de dormirse cuando, de repente, el rostro de una joven aparece en la pantalla. Pelinegra, morena, flexible, hermosa... - con tal belleza que no le importaría gastar... una cena romántica. Preguntando a la azafata por la caja de la película, supo el nombre de la chica: Catherine Zeta-Jones.