Cuando Juan Pablo II estuvo en España recalcó la necesidad de que las familias fuesen un comunidad de Vida Cristiana. Llamó la atención en particular sobre el gravísimo problema del Aborto.
La Santísima Virgen dijo en Garabandal que la causa por la que la Copa de las ofensas contra Dios estaba rebosando era "el aborto". La importancia del matrimonio fue resaltada por el beso de la Santísima Virgen a las alianzas matrimoniales. La Virgen deseaba que España enseñase a las demás naciones a ser mejores, tal como el Papa lo pidió.