Siete de marzo del año de nuestro Señor, dos mil veinticuatro.
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Este vídeo contiene imágenes de las parcelas más representativas de nuestra finca “Minguillao”. Consecuentemente, mostrándole cómo se desarrollan las cubiertas vegetales en ellas para que pueda observar las diferencias, le razonaré por qué nosotros hemos determinado renunciar definitivamente a los ecoregímenes de la Política Agraria Común, solicitando exclusivamente el Pago Básico de la subvención, para de este modo poder continuar realizando las labores agrícolas que más benefician a nuestro olivar, sin resultar por ello penalizados económicamente, en el caso de ser inspeccionados por la Delegación de Agricultura.
A la tierra y a los olivos de las parcelas de El Chusco y de El Pecho de la Fanega, lo único que les hacemos desde hace bastantes años es, aplicarle herbicida en las soleras para mantenerlas limpias, abonar anualmente cada árbol alternativamente con abono sólido o líquido y aportarle al suelo los restos de la poda resultante tras la tala de los olivos y el picado del ramón. Y lo que venimos observando, es que cuanto más se sigue compactando la tierra en ellas, menos hierba crece y, con el paso del tiempo, cada vez con menos vigor e intensidad. Podrá diferenciar estas dos parcelas del resto, observando que la tierra de El Chusco y de El Pecho de la Fanega, no muestra señal alguna de haberle aplicado ningún apero de labranza.
Como ve, así es del modo que evolucionan nuestras parcelas a no cultivo. Admitiendo que en otras fincas y con otros tipos de terreno, otras pueden hacerlo de manera completamente diferente a la nuestra. Pero lo que nosotros evaluamos es, únicamente, nuestro olivar. Y en base a su comportamiento es como actuamos.
En el resto de parcelas incluidas en este vídeo, verá que dependiendo de la composición de la tierra, al estar labrada, sus cubiertas son mucho más frondosas y más amplias y la vegetación también es más diversa. Y ésta, cuando se seca por completo, la desbrozamos y dispersamos con una desbrozadora de martillos, para que permanezca sobre el suelo, formando una capa que proteja la tierra de la incidencia directa del sol durante el verano, para demorar todo lo posible que se resquebraje y comience a evaporar la humedad acumulada.
Las parcelas con olivos adultos, las cuales labramos horizontal y longitudinalmente sin respetar los espacios de sus soleras, los años que tienen aceitunas estamos obligados a hacerlas con el rulo, por lo que evitamos la utilización de herbicidas. Los árboles los abonamos del mismo modo, e igualmente los restos de poda los mantenemos en las calles, para que al pudrirse se transformen en abono vegetal.
Nosotros tenemos comprobado que los trabajos agrícolas que realizamos con el conquilde, el cultivador y la grada, benefician a nuestro olivar, el cual con su mayor producción cubre los gastos que llevan implícitos. Y puesto que regulamos los aperos para que su labor no sea profunda y afecte lo menos posible a las raíces de los olivos más próximas a la superficie, aunque las hayamos obligado a descender varios centímetros, no hemos interferido significativamente en su efectividad.
Así que a partir del próximo otoño, ha sido la parcela de El Chusco que es en la que realizamos la mayor parte de nuestras pruebas experimentales, la seleccionada para comenzar a labrarla y a hacerle un seguimiento exhaustivo a si la transformación que experimentará, aumentará o disminuirá su producción y rentabilidad. Nosotros estamos convencidos de que la incrementará. No obstante, le informaremos y mostraremos todas las modificaciones que hemos previsto realizarle, una vez transcurrido el verano y caídas las tan necesarias y deseadas lluvias otoñales.
Muchas gracias por visualizar este vídeo y que todo le vaya muy bien.
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