Uno de enero del año de nuestro Señor, dos mil veintitrés.
¡FELIZ AÑO NUEVO!
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Los olivos de la variedad Hojiblanca, al parecer son originarios de la población cordobesa de Lucena. Actualmente en España es la tercera variedad que ocupa mayor superficie de cultivo, por detrás de la Picual y la Cornicabra, aunque en nuestra finca “Minguillao” es la más abundante, seguida de la marteña, pajarera y picuda, respectivamente.
Donde más predomina su plantación es en las provincias de Córdoba, Málaga, Sevilla y Granada. Y la hojiblanca, junto con la picuda y la picual o marteña, son las que forman parte de la prestigiosa “DENOMINACIÓN DE ORIGEN PROTEGIDA PRIEGO DE CÓRDOBA”.
Las sinonimias de la variedad hojiblanca son: casta de Cabra, casta de Lucena y lucentina.
Los olivos reciben el nombre de hojiblancos, por el color de sus hojas, cuyo envés es de color claro y pálido. La forma de sus aceitunas redondeada y simétrica y su tamaño mediano le concede un aspecto muy apropiado para destinar el fruto a aceituna de mesa; si bien resulta igualmente idóneo para la producción de aceite de oliva. Resultando sus AOVE’s de un frutado alto, picante medio y bajo dulzor y amargor.
Sus hojas son lanceoladas, largas y de anchura media. Y los olivos tienen un porte erecto y un vigor medio-alto, siendo su maduración en nuestra finca, anterior a la de los olivos picudos. Poseen un enraizamiento medio, resultando sus mayores virtudes la alta resistencia a la sequía y al frío y su fácil adaptación a suelos calizos y tierras recias.
Las mencionadas características son las que a partir del año dos mil tres, mi padre consideró y priorizó para empezar a arrancar viejos olivos picuales muy poco productivos, para sustituirlos por plantones hojiblancos en parcelas con pendientes moderadas, tierras de media y baja calidad y reducida pluviometría. A las cuales se han adaptado muy satisfactoriamente en un marco de plantación de ocho por ocho metros, equivalente a ciento cincuenta y seis olivos por hectárea.
En la actualidad, tanto nuestras plantaciones de esta variedad con riego o sin él, nos aportan una alta producción en años alternos, siendo superiores aquellas a las que le realizamos un aporte de agua moderado mediante goteo.
En la parcela de Los Pocillos, el olivo grabado, junto a dos más que hemos dejado también junto a la carretera, han sido los tres que hemos mantenido pertenecientes a la anterior plantación. El resto fue sido necesario arrancarlos para poder subsolar y emparejar todo el terreno adecuadamente, con el propósito de reducir lo más posible su pronunciada pendiente. Tras lo cual, procedimos a colocar los nuevos plantones hojiblancos reproduciendo nuestro marco tradicional de ocho por ocho metros.
Muchas gracias por visualizar este vídeo y que todo le vaya muy bien.
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