ELLA LLEVÓ EL COLGANTE DE SU MADRE A UNA ENTREVISTA DE TRABAJO... EL JEFE LO VIO Y QUEDÓ EN SHOCK...
Elena, una joven de 25 años, estaba sentada en un café concurrido, intentando calmar sus nervios antes de una importante entrevista de trabajo. Con una taza de café frente a ella, sostenía firmemente un collar antiguo, un tesoro familiar que pertenecía a su madre, Isabel. El colgante del collar, con la inscripción "Nuestro amor", siempre había sido un símbolo de fuerza y esperanza para Elena, un recordatorio constante del amor eterno que su madre le enseñó a cultivar. Mientras observaba a las personas apresuradas entrando y saliendo del café, Elena no podía evitar que sus recuerdos volvieran al fatídico día del accidente de coche que le costó la vida a su madre. El dolor aún era intenso, como si hubiera sucedido ayer. Isabel no era solo su madre, sino también su mentora y mejor amiga. Juntas, habían construido un pequeño negocio de ropa en el corazón de la Ciudad de México, un emprendimiento que prosperaba bajo la dirección de Isabel. Con la muerte de Isabel, el mundo de Elena se derrumbó. La profunda tristeza le impidió continuar administrando la tienda, resultando en la quiebra del negocio y una crisis financiera personal. La joven se sentía perdida, sin saber cómo seguir adelante.
Decidida a reconstruir su vida, Elena decidió dedicarse a encontrar un empleo que le proporcionara estabilidad financiera y una nueva oportunidad de crecimiento profesional. Se preparó meticulosamente para la entrevista de ese día, revisando su currículum y practicando sus respuestas varias veces. El traje que eligió usar tenía un significado especial: había sido confeccionado a mano por Isabel, cada punto una memoria del amor y dedicación de su madre. Sentada en el café, Elena miró nuevamente el collar en su cuello, buscando fuerza y coraje. "Nuestro amor," murmuró para sí misma, sintiendo una ola de tranquilidad. Sabía que Isabel estaría con ella en espíritu, guiándola y apoyándola en este nuevo capítulo de su vida. Se levantó, ajustó su ropa y salió del café, dirigiéndose a la imponente torre de vidrio y acero donde se realizaría la entrevista. Cada paso que daba estaba acompañado por una mezcla de ansiedad y determinación. Elena llegó a la imponente torre de vidrio y acero donde se realizaría la entrevista. El edificio moderno reflejaba la luz del sol, transmitiendo una sensación de éxito y profesionalismo. En el vestíbulo, observó a los otros candidatos, todos bien vestidos y pareciendo seguros de sí mismos. Sintió un leve malestar, una punzada de intimidación al ver cuántas personas competían por el mismo empleo.