Discurso íntegro de S.M. el Rey en los Premios Princesa de Asturias 2015

Su Majestad el Rey pronunció su discurso, que comenzó expresando su emoción por volver "a esta querida capital asturiana" para reconocer y distinguir "a quienes contribuyen de manera relevante al progreso y al entendimiento de la Humanidad; a quienes con su trabajo, su excelencia, su genio y su compromiso son portadores de los profundos valores a los que, en última instancia, aspiramos a que nos definan como personas".
"Somos inmensa mayoría los que queremos un mundo en el que la vida digna, para todos, y la solidaridad sean la norma; y seguimos el ejemplo de quienes, como nuestros galardonados, alzan su voz con valentía y responsabilidad para proteger a los más débiles, a los desfavorecidos, a los más vulnerables. Y somos cada día más quienes aspiramos a que el afán de saber y entender, la pasión por descubrir, crear o imaginar, y el impulso a superarnos sean auténticos motores de progreso y civilización; siempre bajo un espíritu de concordia entre culturas y de armonía con nuestro planeta", recalcó Don Felipe.
El Rey expresó su agradecimiento y rindió un "homenaje muy especial" a "esta querida tierra asturiana, que nunca ha fallado al conjunto de la Nación española. Aquí ofrece su solar, su nombre y su empuje a este faro de cultura y de concordia que son los Premios Princesa de Asturias. Por eso, gracias a todos los asturianos por compartir con el resto de los españoles, en éste y en todo momento, lo mejor que os caracteriza. Gracias de corazón a toda Asturias".
Don Felipe concluyó sus palabras abogando por seguir "construyendo España, convencidos y muy conscientes de que una Nación europea con raíces milenarias y vocación universal, como la nuestra, seguirá unida en su camino hacia un futuro de mayor concordia y progreso, con la dignidad, el respeto y el orgullo que merece su historia y su memoria".
Su Majestad el Rey advirtió que "cuando se levantan muros emocionales -o se promueven divisiones- algo muy profundo se quiebra en nosotros mismos, en nuestro propio ser, en nuestros corazones. Que nadie construya muros con los sentimientos. Las divisiones nunca hacen grande a un pueblo; solo lo empobrecen y lo aíslan. Evitemos las fracturas sociales que tanto daño hacen a las conciencias de las personas, a los afectos, a la amistad y a las familias, a las relaciones entre los ciudadanos".
"Reflexionemos, y valoremos con sinceridad y honestidad lo que los españoles hemos construido juntos, que nos une y nos fortalece; alejemos lo que nos separa y nos debilita; y apartémonos, especialmente, de todo lo que pretenda señalar, diferenciar o rechazar al otro", pidió Don Felipe, que puso de relieve que "en toda sociedad democrática como la nuestra, la defensa de la legalidad y de los principios constitucionales es la garantía de los derechos y libertades de todos los ciudadanos. Por tanto, los españoles debemos preservar esa convivencia que fortalece y enriquece nuestra vida colectiva".

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