El "Destapadito" fue un arriero o prófugo de la ley chileno que murió hace casi un siglo intentando cruzar la Laguna Brava, por el paso Pircas negras (La rioja, Argentina). Esta zona puede ser extremadamente hostil. Imaginar los rigores que le tocaron a este paisano a 4300m de altura, imaginar su muerte penosa, acaso en soledad, por frío y hambre, me lleva a rendirle este homenaje ante su sepulcro. Su cuerpo descansa al descubierto entre las piedras. Dicen que si uno lo tapa, por la noche se destapa solo.
Al Destapado
Destapado, criollo duro,
los rigores que aguantaste
no compares con los míos,
que son apenas alarde.
Estoy ante tu sepulcro,
te admiro y siento una culpa,
la de caminar tu tierra,
tu altiva y costosa puna.
Los Andes en donde juego
el juego de la montaña
fueron tu pan y tu tumba
donde nadie te reclama.
Ay Destapado, contame
tu solitario secreto,
¿fue el viento blanco, fue el frío?
¿Fue la falta de alimento?
Tal vez tu Dios se apunó,
tal vez te ganó el cansancio.
Nunca podremos saberlo,
fue Dios jugando a los dados.
Dejame entrever tu cara,
ya olvidada por el tiempo,
montado sobre el caballo
con tu poncho y tu chambergo.
Te imagino bravo arriero
cruzando el ganado a Chile,
o tal vez fuiste matrero,
un rebelde que diside.
Cuidame y guiá mis pasos
vos que acá fuiste baquiano,
dame el temple para andar
bien entero de este lado.
Y tu final de andinista
me infla el pecho de respeto,
respeto por vos paisano,
y por tu lujo de lecho.