Cuando estaba en la facultad me sentía atrasada en la vida. Veía como la gente a mi alrededor progresaba y yo seguía sin poder aprobar derecho tributario.
Y aprobé derecho tributario, y cursé las materias que me faltaban y me recibí de abogada y hoy a 5 meses de haber terminado la facultad mis sentimientos no cambiaron.
Ahora tengo tiempo libre y el silencio que contiene todo ese tiempo libre me carcome la cabeza. ¿Por qué no me siento satisfecha con este logro? No debería estar así, no debería sentirme tan... desierta.
Una de las cosas que estoy explorando es la idea de romantizar la vida.
Romantizar es encontrar eso que hace que cada día sea especial y si no lo encontramos entonces lo creamos.
Creo que romantizar la vida también se trata de encontrar la belleza en lo ordinario. Ver el día a día con ojos de primera vez por más de que nuestra rutina se repita en un loop que creamos interminable.
Se trata también de soñar un poco, y de animarnos a vivir ese sueño, aunque sea un ratito. Para preocuparnos tenemos tiempo de sobra.
Creo que romantizar la vida también se trata de escucharse a uno mismo. ¿Qué me gusta? ¿de qué disfruto? ¿qué cosas me aportan felicidad?
Soy consciente de que todos somos distintos y que nada es de un día para el otro pero que bueno sería que nos animemos a dedicarnos más tiempo.
La vida es una sola y planeo disfrutarla al máximo. El examen final lo rendimos todos y el día que me toque irme no va a haber recuperatorio.