Volver a tejer y elegir mejor lo que vestimos

La diseñadora Kavita Parmar cuenta su proceso y nos invita a cuidar a nuestras comunidades y decrecer. “Me rebelé, me busqué un trabajo de verano acompañando a unos estudiantes de moda en un viaje por Asia. Aquello me abrió la mente y ojos. La primera vez que entré en la choza de un tejedor tailandés me quedé fascinada. Eran muy pobres, pero de sus manos y de su cabeza salía mucha riqueza. Descubrí una economía descartada por los procesos industriales por lenta, porque se hacía a mano y no producía grandes volúmenes, y en el mundo industrial el éxito se define por la cantidad. Si a un humano empiezas a exigirle volumen y velocidad, lo que consigues es divorciarlo de su trabajo, empieza a odiar lo que hace”.

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