Victor Hernandez al final de su actuación en Las Cruces de Sigüenza

En segundo lugar actuó el gran triunfador de la tarde, Víctor Hernández. A Embriado, de Sandra Sopeña, ya le hizo una gran faena. El novillo, justo de fuerzas, pero muy noble, permitió el lucimiento del de los Santos de la Humosa. Estuvo firme con la espada, lo que le hizo acreedor de dos orejas, la segunda tras fuerte petición a la presidencia. Exigente, a Víctor le parecía que le habían faltado cosas “para como vengo sintiéndome últimamente”. Además, “el novillo ponía poco de su parte a veces”, añadía. E igual opinaba sobre la espada. “Lo he matado mas o menos bien, pero soy muy exigente conmigo mismo, y podía haberlo hecho mejor”, señalaba el novillero, que no para de perseguir su suelo “las 24 horas del día, y es aquí donde hay que demostrarlo, en la Plaza”.
En su segunda faena, Víctor estuvo importante. Constructor de Polo Sainz fue el mejor novillo de la tarde. Y el chaval, que lo vio desde el primer momento, le hizo una gran faena que se va a recordar en Sigüenza. Hernández dio algunos naturales de cartel de toros. Y cuando se arrimó, no lo pudo hacer más. “Agradezco su cariño al público de Sigüenza. Con este último novillo me he sentido como soy, he hecho el toreo como lo estoy buscando”, afirmaba orgulloso al terminar.

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