El castillo de Malpica de Tajo se encuentra en el municipio toledano del mismo nombre, en la margen izquierda del río Tajo, en la comarca de Torrijos. A orillas de este río es donde se enclava el castillo-palacio, una célula verde en mitad del paisaje pajizo del estío manchego en esta zona de la provincia de Toledo.
Precisamente el río Tajo sirve de foso natural por uno de los lados del castillo, con una barbacana o muro almenado. Los otros dos lados cuentan con foso construido con contramuros que dan lugar a la barbacana.
El precioso castillo de Malpica de Tajo, hoy palacio habitado, es una fortaleza mudéjar levantada en el siglo XIV sobre una antigua fortaleza árabe del siglo X. Fueron los Gómez de Toledo sus primeros propietarios, en el siglo XIV, y sus descendientes quienes lo habilitaron como residencia.
El 2 de abril de 1599 se crea el título de marqués de Malpica por orden de Felipe III, otorgándoselo a Pedro Barroso de Ribera y Figueroa. El actual titular del castillo es Joaquín Fernández de Córdoba y Hohenlohe-Langenburg, XIII marqués de Malpica y X duque de Arión (por eso el castillo también es llamado “castillo del Duque”).
La belleza y la magnífica ubicación de este castillo-palacio no admite ninguna duda. Se observa su planta cuadrada, al igual que las torres macizas que hay en las esquinas. La torre del homenaje está situada al suroeste y es la única que sirve de vivienda. Tanto las torres como las murallas están rematadas por una hilera de merlones (almenas) cuadrangulares, y hay dos matacanes, uno en el lado del río y otro en la torre principal. En el siglo XVII el castillo se vio sometido a unas importantes reformas para transformarlo en palacio, destacando las ventanas de los muros y el patio interior, patio cuadrado, con sus columnas y con tres arcos rebajados de ladrillo de estilo renacentista. Justo debajo de la torre del homenaje hay una capilla cubierta por una bóveda octogonal cubierta con cerámica mudéjar. Hasta llegar a su estado actual, el castillo aún sufrió diferentes restauraciones durante los siglos XIX y XX. Todo está construido en ladrillo relleno de tierra apisonada, formando un núcleo muy fuerte, típico toledano, forma local de construir cuya tradición está ligada a la arquitectura mudéjar.
Actualmente, el castillo de Malpica de Tajo se conserva en perfecto estado y es residencia de los duques de Arión, que lo conservan bien amueblado, con algún elemento romántico, como las ventanas de herradura apuntada, muy mudéjares.
Adjuntas al castillo, en la calle San Sebastián, se encuentran una serie de edificaciones, con distinto uso, que se agrupan sobre un eje paralelo al río y en forma de peine. Estos edificios agrícolas, construidos en el siglo XIX, están destinados a almacenes de granos, almazaras, viviendas, cuadras, etc.
Junto al castillo se encuentra el casco urbano de Malpica de Tajo, asentado en una llanura, en un pronunciado meandro del río. Aunque se desconoce el momento de su fundación, se sabe de su existencia en los tiempos romanos. Es tras la Reconquista cuando el territorio comienza su repoblación. Al parecer, la villa se llamó así desde el siglo XII. En 1253 existe ya el señorío de Malpica, vinculado a Ortún Ortiz Calderón, desarrollándose desde esa fecha, poco a poco, su amplio patrimonio.
Nos encontramos con un actual Malpica de tajo con 1.680 habitantes y un casco urbano ordenado, de calles rectas y anchas con predominio de casas bajas y con un elemento que destaca por encima de los demás de manera sobresaliente: el castillo.
La situación estratégica de este municipio, entre Toledo y Talavera de la Reina, ha hecho posible que la localidad haya sabido generar un pequeño pero significativo poder industrial en los últimos años.
Si queremos observar, aún más si cabe, unas excelentes vistas del castillo basta con posicionarse en el puente sobre el río Tajo, cercano al casco urbano de Malpica. Este puente, que observamos en las imágenes, fue construido en 1901 con una parte de hormigón y el vano central de hierro, formando una catenaria invertida, unida superiormente por vigas. Se apoya sobre ocho pilastras circulares de hormigón. Los grandes soportes se unen dos a dos por cruces de San Andrés.
Y nos despedimos del castillo de Malpica de Tajo, uno de los pocos castillos españoles que han continuado habitado desde su construcción, al modo del castillo palacio francés.
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