Santa Clara, Cuba. Gloriosa Santa Clara de Asís.

Santa Clara, capital de la provincia de Villa Clara, es una parada obligatoria en tu paso por esta región del centro de Cuba. La ciudad fue fundada en 1689 por varias familias a las que se les recuerda en un monumento formado por columnas situado en la plaza de la Iglesia del Carmen.
En 1692 creció rápidamente tras un colosal incendio que vació las calles de Remedios, haciendo que la población se trasladará a Santa Clara.
Tuvo una participación muy destacada en las luchas por la independencia, en la guerra de los Diez Años y en la Revolución Cubana.
En el contexto de esta última sucede la Batalla de Santa Clara, cuando la capital provincial fue tomada militarmente por el comandante Ernesto Che Guevara, en diciembre de 1958. Es lógico que por toda su historia de guerras y guerrillas, a esta ciudad se la conozca por el sobrenombre de “Ciudad Liberal”. Santa Clara es pura historia, y en el caso de Cuba esto se traduce en historia revolucionaria. Podrás encontrar aquí el Mausoleo del Che Guevara, construido en honor del guerrillero y el Museo del Tren Blindado, donde podrás ver el autentico tren que tomaron los rebeldes. Sin duda, Santa Clara es una ciudad de imprescindible visita por todo lo que representa. Si te diriges al Cayo Santa María, la “Ciudad Liberal” es parada obligatoria y un punto clave de Cuba.
Muchos fueron los nombres por los que se conoció a esta ciudad antes de ostentar el que hoy exhibe derivado de aquel, Sabana del Ciego de Santa Clara, que identificara a la hacienda de Antonio Díaz y de Pavía en el cacicato de Cubanacán, donde originalmente tuvo su asiento en 1689.
Fundada como resultado del frustrado traslado forzoso de San Juan de los Remedios hacia el interior, algunas de las primeras denominaciones estarían íntimamente ligadas a la de su progenitora. Este hecho, del cual no escaparon, dada su condición nómada, otras de las primeras villas fundadas por los españoles en Cuba (Camagüey y La Habana, por ejemplo), encontraría en Remedios una férrea resistencia a pesar de la quema casi total del villorrio.
El resultado, a la postre, sería el surgimiento de dos localidades unidas por la misma arteria, único caso de este tipo registrado en la historiografía del territorio nacional.
Su nombramiento definitivo como Gloriosa Santa Clara de Asís, sería el resultado de la labor proselitista del obispo de La Habana, Diego Evelio de Compostela a finales del siglo xvii.

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