En un día de típica fiesta mediterránea, se celebró, en el lugar de Sant Miguel de les Torrocelles (Lucena del Cid, Castellón, España; Llucena-Castelló) su romería anual el día 9 de mayo de 1993. Tras los rituales religiosos y la comida compartida, se formó una rondalla con los magníficos músicos de los alrededores que habían acudido. La música de cuerda era la reina del momento, y se podían ver varias guitarras, tocadas de diferentes maneras, bandurrias, laúdes y un guitarro, a los que acompañaban como percusión panderetas y castañuelas. Los músicos formaron el habitual corro que les permite escucharse mejor y en el centro del mismo se encontraba las botas de vino que sirven para refrescar y aclarar la garganta de los asistentes. Las espléndidas voces presentes entonaron entonces una jota con fandango, variedad de música que combina dos de las piezas musicales más habituales en el orbe hispánico y que es muy común en estos linderos de las provincias de Castellón (Comunidad Valenciana) y Teruel (Aragón), que tienen grandes similitudes culturales.
Aprovechando la buena música, unos bailaores se apuntan a una jota de tres, otra variedad de jota que se puede bailar, como es este caso, con un hombre que evoluciona con dos mujeres (Piedad y Balbina) al mismo tiempo, haciendo diversas figuras que dan al baile gracia y belleza. Más adelante se suma otra pareja a la jota (cuando uno de los músicos deja la guitarra y saca a bailar a una mujer), sin embargo, al cambiar la música a fandango, una de las dos mujeres del trío jotero tiene que quedar sin pareja, momento que el que uno de los hombres presentes está oportunamente al quite y no la deja sola, saliendo a bailar con ella. A partir de ahí se desarrolla el cambio de parejas tras cada copla, normal en los fandangos de la zona, por lo que se rota hasta que todos los hombres bailan con todas las mujeres.
En estas escenas, incluidas en la Colección Memorias de la Tradición
/ antropologoclemente
vemos, pues, una demostración de que este tipo de bailes populares al estilo tradicional son vivos, abiertos y dinámicos, sin diseño previo y con altas dosis de espontaneidad, por lo que cualquiera puede cambiar de papel en un momento determinado, y un actor pasar a ser espectador y viceversa. Ello requiere, naturalmente, un cierto conocimiento previo de los lenguajes no escritos de la tradición, que antes eran normalmente aprendidos en los contextos de las fiestas de este tipo, en los que se iban interiorizando los distintos comportamientos sociales, y que actualmente es más difícil de adquirir por haberse roto, en buen medida, la conexión con los actores naturales de esos usos festivos tradicionales y existir otras opciones más modernas.
Vídeo y texto: Manuel Sánchez Martínez
Agradecemos a Alejandro Torres Tomás sus indicaciones.
Colección Memorias de la Tradición: Licencia Creative Commons BY-NC-SA
En el siguiente blog se pueden encontrar los vídeos de esta colección formando parte de una explicación general:
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