¿Sabes quién era Mefiboset en la Biblia? Descubra en este estudio la historia de Mefiboset, el hijo de Jonatán que fue llevado de Lo-Debar para sentarse a la mesa del rey en Jerusalén, y comprenda qué lecciones podemos aprender de su ejemplo de vida.
Mefiboset, un hombre tullido desde la infancia, olvidado, despreciado, experimentó un giro sorprendente en su vida y fue recibido con honores en Israel, llegando incluso a sentarse a la mesa del rey. Su historia es ampliamente conocida; Después de todo, para muchos, Mefiboset simboliza a alguien que pasó de la pobreza a la prosperidad, de la humillación a la exaltación, del olvido a la nobleza. Sin embargo, la historia de Mefiboset no termina aquí y su conducta es un gran ejemplo de resiliencia y altruismo.
Mefiboset era hijo de Jonatán y nieto de Saúl, por lo tanto hijo del mejor amigo de David. También era sobrino de otro hombre llamado Mefiboset; por eso, es importante no confundirlos.
El significado exacto del nombre Mefiboset es objeto de discusión, ya que se desconoce la ortografía original de este nombre, que podría ser Meribaal, Merib-Baal o Memphibaal. Esto da lugar a varias interpretaciones posibles, desde "héroe de Baal" o "Baal es un abogado", hasta "oponente de Baal". Sin embargo, dado que la terminación "baal", que significa "señor", fue reemplazada por el término hebreo para "vergüenza", el nombre Mefiboset probablemente significa "aquel que disipa la vergüenza" o "de la boca de la vergüenza".
A la edad de cinco años, Mefiboset quedó lisiado mientras intentaba huir con su enfermera después de perder a su familia en la batalla. Lo llevaron a una ciudad llamada Lo-Debar, donde lo criaron como fugitivo. Sin embargo, muchos años después, el rey David recordó su pacto con Jonatán, el padre de Mefiboset, y trajo al niño de Lo-Debar a Jerusalén. David devolvió a Mefiboset su herencia familiar y le concedió una posición privilegiada en la corte, donde podía sentarse a la mesa del rey.
Sin embargo, cuando David tuvo que huir de su palacio debido a la revuelta de su hijo Absalón, Mefiboset fue traicionado por su siervo Siba, quien lo acusó de querer tomar el trono de David. En este contexto, David confiscó la herencia de Mefiboset y se la entregó a Siba. Incluso después de que Mefiboset le explicó al rey que su siervo le había hecho daño, David decidió devolver sólo la mitad de sus posesiones. Sin embargo, a Mefiboset no le preocupaba su propiedad, sino el hecho de que David estuviera seguro nuevamente en su casa.