Pozoblanco, golf sin "par" ( parte 1 )

Pozoblanco, la historia de un campo de golf muy particular.
La historia del campo de golf de Pozoblanco es especial, tan especial como la pasión que sienten los pozoalbenses por un deporte que "inventaron" accidentalmente en pleno Valle de los Pedroches, sembrando la semilla de los campos populares municipales en España.
Los "descubridores" del golf en esta localidad cordobesa comenzaron a jugar con palos de su propia creación (primero un "palo" de alambre doblado y, después, una especie de putter, un palo de madera cuadrangular, un poco grueso, que hizo Juan, el carpintero) y pelotas de tenis... Tras esa primera llama de afición, fundaron un club y solicitaron al alcalde que les permitiese jugar en el parque municipal Cabeza Oliva, aprovechando que nadie lo visitaba. Y en mayo de 1982 comenzó el club su andadura deportiva oficial. Nada les desanimaba. Que había que jugar en tierra, por encima de las encinas, de pinos y álamos, pues se hace. Que hay piedras en las zonas donde no pisa nadie, pues también se hace...
En agosto de 1982 hicieron cinco calles con una máquina solicitada a Obras Públicas, añadieron otras dos más en octubre y finalizaron el 13 de noviembre otras dos calles para contar con el mínimo de 9, totalizando un recorrido de 1.830 metros. Bueno, en realidad lo que hicieron fue echar arena para configurar dos greenes y ponerle una bandera, porque el terreno seguía siendo el mismo a la espera de que el Ayuntamiento diera su aprobación al proyecto de campo que los entusiastas aficionados habían presentado.
De esta manera tan inesperada se descubrió el golf en Pozoblanco, curiosamente, en un año en el que durante el mes de julio lo descubriría toda España con la sensacional victoria de Severiano Ballesteros en el Open Británico.
Recibieron apoyo de la Federación Andaluza, que se comprometió a aportar la maquinaria necesaria para el mantenimiento; también la Federación Española colaboró; Los Villares (el campo de Córdoba con 18 hoyos) permitía que los niños fuesen a tomar clases en su recorrido de hierba...
Pedro García Moreno fue el primer presidente del Club de Golf Pozoblanco y ahora es presidente de honor, distinción merecida por el trabajo que ha llevado a cabo. Porque el primer paso se dio en la primavera de 1979, pero habría que dar todavía muchas vueltas hasta conseguir el campo de golf del que actualmente disfrutan en esta localidad.

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