El Antiguo Testamento cierra unos 400 años antes del que el Nuevo Testamento comience. A esos 400 años sobre los cuales el Antiguo Testamento guarda silencio, surgen como un tiempo de preparación y gestación para la llegada de nuestro Señor Jesucristo.
A ese período de 400 años, lo hemos llamado el período ínter-testamentario.