Gabriela Wiener es una de mis escritoras favoritas. Nadie ha escrito como ella sobre las distintas facetas del deseo, o sobre el poliamor... nadie ha retratado como ella la sexualidad femenina... nadie como ella, tampoco, para ponerse en el centro, para desmontar el pudor, para ayudarnos a reescribir nuestra intimidad, nuestra amistad, nuestras dudas. Este texto que os leo pertenece a 'Llamada perdida' (Malpaso / aunque yo lo leo en su edición costarricense de Encino Ediciones) y me gusta especialmente porque trata la importancia de los cuidados en el terreno de las relaciones abiertas, cuestionando siempre el amor romántico y las ideas opresivas que tenemos en lo referente al cuerpo.
Según la periodista Mariana Althaus, "todos los libros de Gabriela Wiener tienen un costo alto. En todos se pone en riesgo, y también conduce su relación con los que ama hacia zonas peligrosas". Estoy de acuerdo. Pero también sé que esos lugares peligrosos en los que ella se coloca dejan de serlos de inmediato. Ella los plana, los hace mansos, y de pronto, nos permite a tantas vivir en el hueco que creó.
Por añadir una confesión y dos citas al hueco, os contaré que como ella, yo he dejado de creer en la idea sagrada de la "fidelidad".
Escribió Ernesto Castro en un viejo poema que "ser fiel es fingir que el tiempo no existe".
Escribe Antonio J. Rodríguez en su último ensayo que "frente al amor convencional, el amor plural se considera una especie de mutación tumoral, sobre el que pensamos como si se tratase de un quiste que debe ser intervenido, y que pone en peligro la salud global del sujeto. Da cuenta de este fenómeno el hecho de que no disponemos de términos que dignifiquen, desestigmaticen o refieran en positivo lo que podríamos llamar el amor plural. Por citar tres ejemplos, la etimología de «adulterio» se refiere a la alteración o contaminación de una sustancia; «infidelidad» alude a la traición y se trata de un término de connotación religiosa (fe); y todas las variaciones internacionales del concepto fuckboy o fuckgirl deshumanizan al sujeto, convirtiéndolo en un simple recipiente de pasiones. Si el lenguaje condiciona nuestro pensamiento, una frontera evidente la podemos encontrar en la pluralidad del deseo".
Y porque el tiempo existe, aunque ahora pase lento, suave, triste a ratos.
Y porque el deseo existe, aunque ahora quede relegado a un pequeño espacio doméstico, cuidadoso, delicado, yo os deseo a todxs un Feliz Día Internacional de la Poesía.
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El libro de Wiener se puede conseguir en formato ebook aquí:
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