Hoy en día con la inseguridad vendrían bárbaro un par de felinos en la puerta.

Esto es al lado del hospital casa cuna !!que historia por dios!!

Wme encanto,esta historia que nos hace recordar momentos terrible de un Flia de aquella época, tan dramáticos que como en todas las desgracias en un momento pasan terribles cosas que terminan con la vida de personas que sorprenden de dolor los destinos que en ellos eran pura ilusión.

Es excelente!!

se puede visitar la casa?

Wooowwww!!! :o

Me dirijo a Vd., en mi carácter de Presidente de la Comisión Permanente de Homenaje al General Eustoquio Díaz Vélez, en relación al video de TN titulado: "Misterios de Buenos Aires: la casa de los leones de Eustaquio Díaz Vélez | EN EL CAMINO". Quisiera por este medio poner de manifiesto que existen impresiones en el video, que se bien pueden ser propias de una leyenda no se condicen absolutamente con la realidad o la verdad. Efectivamente la mansión situada en la actual Avenida Montes de Oca 110, de la Ciudad de Buenos Aires, fue la vivienda de don Eustoquio Díaz Vélez hijo (h). Aquí hago una primera corrección. El nombre de pila de don Eustoquio es Eustoquio, con “o” y no Eustaquio, con “a” como frecuente e incorrectamente figura nombrado. Así surge tanto de los registros oficiales, cuanto de su denominación corriente ya que sus cuatro propias nietas lo llamaban “tata Eustoquio”. El nombre Eustoquio se debe a que su padre fue el general Eustoquio Antonio Díaz Vélez (1782-1856), prócer de la Revolución de Mayo y de la Independencia Argentina, Mayor General de las batallas de Tucumán y Salta, quien tuvo tres hijos: dos mujeres y un varón, Eustoquio, el menor. Otro error del video es nombrar a Eustoquio Díaz Vélez (hijo) como "doctor", cuando es sabido que éste nunca tuvo un título universitario. Era "don" Eustoquio. Eustoquio (h) tuvo como cónyuge a doña Josefa Cano Díaz Vélez de Díaz Vélez (quien era sobrina de don Eustoquio (h) por ser hija de una hermana de éste, doña Carmen Díaz Vélez de Cano). Él falleció en el año 1909, precisamente a poco menos de un año de los festejos por la celebración del Centenario, y muy poco tiempo después, su viuda, que no pudo soportar su fallecimiento. Es también verdad que don Eustoquio (h) era millonario; efectivamente fue uno de los más importantes terratenientes y uno de los más grandes estancieros de la Provincia de Buenos Aires de fines de siglo XIX -en sus estancias de los actuales partidos de Necochea, Rauch y Ayacucho- y dos veces Presidente del Club del Progreso. Asimismo el Palacio Díaz Vélez fue una de las principales quintas de la Calle Larga de Barracas que con el tiempo fue reformada por la familia y convertida en un espléndido edificio de líneas francesas rodeado por un hermoso parque. Pero no existe la leyenda de los leones que devoraron al futuro yerno del propietario en una fiesta de casamiento de su hija, ni hubo ningún asado, ya que don Eustoquio (h) tuvo solamente dos hijos varones llamados Carlos Segundo y Eugenio Cristóbal. No tuvo, por lo tanto, ninguna hija mujer, ni ésta ningún novio, ni hubo ningún novio comido por león alguno ni ninguna hija que haya cometido suicidio. Tampoco es verdad que Eustoquio haya caído en una profunda depresión y se haya encerrado en su habitación, pasando allí los últimos días de su vida. Respecto de las esculturas de los leones que embellecen el parque, debo aclararle que era muy común que la alta sociedad finisecular del XIX ubicara en sus residencias representaciones de estos felinos como simbolismo de la fuerza y poder de estos animales. Para hacer luz sobre la cuestión permítame manifestarle que Carlos Díaz Vélez, quien era ingeniero, contrajo matrimonio con doña Mathilde Álvarez de Toledo mientras que su hermano Eugenio, quien era arquitecto, con doña María Escalada. Ambos matrimonios tuvieron dos hijas cada uno: Carlos, a Carmen (su nombre completo era María del Carmen Felicitas, llamada coloquialmente “Tita”) y Mathilde (su nombre completo era María Mathilde, llamada coloquialmente “Patina”). Por su parte Eugenio tuvo dos mujeres también: María Eugenia y Josefina. Las cuatro primas nacidas en la última década del siglo XIX. La familia de Eugenio continuó viviendo en el Palacio Díaz Vélez mucho después del fallecimiento de Eustoquio (h) y su esposa. Carlos y su famlia se trasladaron a un bello petit hotel de la calle Paraguay 1535, aún existente. Recién con el fallecimiento de don Eugenio, su viuda María Escalada, vendió el Palacio y su gran parque al Estado en la década de 1930, el que pasó a integrar la Casa Cuna, luego cedido a la Fundación Vitra, para la rehabilitación de pacientes con problemas respiratorios. Sus dos hijas vivieron en dos magníficos edificios adyacentes a la plaza Grand Bourg: uno, en el más puro modernismo de su época, que es hoy sede del Fondo Nacional de las Artes (que fuera la vivienda de doña Victoria Ocampo, íntima amiga de Mathilde Díaz Vélez) y el otro, construido en los años 1950, que es una gran casa de tres pisos en la Avenida Figueroa Alcorta denominada hoy la Casa del Lapacho, llamada así por tener un magnífico ejemplar de lapacho colorado, hecho plantar especialmente por la familia Díaz Vélez, que sí se destaca por haber incluido en sus viviendas importantes especies vegetales. De manera tal que, mal que le pese a unos cuantos y en contra de un relato inventado, no existen sollozos ni llantos de ninguna hija de Eustoquio (h) porque el millonario no tuvo ninguna hija mujer. Espero que tenga la amabilidad de publicar esta aclaración a fin de traer luz a una historia que no es tal y dar precisión al público. Finalmente es necesario que breguemos para que al Palacio Díaz Vélez se le de una adecuada restauración, conservación y destino ya que se trata de una magnífica e histórica residencia del barrio de Barracas, tal vez la última de su tipo, la que -junto a su centenario parque- debería ser declarada monumento histórico nacional por su características patrimoniales y estéticas únicas que poseen una belleza singular que amerita ser adecuadamente conservada para las generaciones futuras. Cordialmente. Marcelo Gustavo Carattini.

Sisi montes de oca y caseros

Q HERMOSA HISTORIA..

No tienen noticias

@tomastapia9744

3 жыл бұрын

Es domingo paparulo

en un mito lo de los leones, Don Eustoquio Diaz Velez (h) (no Eustaquio) no tuvo hijas mujeres, por lo tanto no hubo yerno , ni leones que pudieran devorarlo... saludos

Esto es realmente real??

@agustinignes6955

2 жыл бұрын

Naah, es mentira. Don Eustoquio Díaz Vélez hijo no tuvo una hija, sino que tuvo dos hijos, de manera que esta leyenda es FALSA

@Zul-Camoya

2 жыл бұрын

@@agustinignes6955 tuvo un hijo de igual nombre, la historia es de ese hijo.

los ricardos fort del siglo pasado ...

Que buens idea los leones para que nadie te choree

Rree piolee

Che y la parte donde se aclara que esto es una leyenda urbana y que don Eustaquio ni siquiera tuvo una hija??

@cheloval

2 жыл бұрын

Che te contesto ! Don Eustaquio (padre) fue General del ejercito del Norte y segundo del general Manuel Belgrano. Tuvo 3 hijos Manuela, Carmen y Eustaquio (hijo). Resulta que Eustaquio (hijo) fue al que le gustaban los leones, que desataron esta tragedia, y tuvo varios hijos, entre ellos la novia del compromiso con el hombre devorado, y OTRO HIJO, cambien llamado Eustaquio (nieto), que TUVO SOLO UN VARON. No es una leyenda urbana, fue una TRAGEDIA HUMANA. Informate.

@guitarrazurda

5 ай бұрын

@@cheloval No era Eustaquio sino Eustoquio (h) sólo tuvo dos hijos varones Carlos Díaz Vélez y Eugenio Díaz Vélez, saludos