PROBANDO LUKE por primera vez// Star Wars Battlefront 2//Héroes vs Villanos Gameplay (No Commentary)

Ойындар

La Ascensión del Sith
Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana, existió un Sith cuyo nombre inspiraba terror y respeto: Darth Vortek. Su ascenso al poder fue marcado por la traición, el engaño y una insaciable sed de conocimiento oscuro.
Darth Vortek, cuyo nombre real era Lorcan, nació en un remoto planeta de la Orla Exterior. Desde una edad temprana, Lorcan mostró una afinidad inusual con la Fuerza, pero su vida fue difícil y llena de sufrimiento. Creció en la pobreza y aprendió a sobrevivir en un mundo cruel y despiadado. La injusticia y el dolor que experimentó sembraron en él un odio profundo y una determinación inquebrantable para nunca más ser débil.
Un día, mientras buscaba refugio en las antiguas ruinas de su planeta, Lorcan encontró un holocrón Sith enterrado bajo el polvo y los escombros. Al activarlo, la figura espectral de un antiguo Sith Lord apareció ante él, susurrándole secretos oscuros y promesas de poder ilimitado.
"¿Quién eres?", preguntó Lorcan, fascinado y temeroso.
"Soy Darth Nihilus", respondió la figura, "y puedo enseñarte a dominar la Fuerza como ningún otro. Pero debes estar dispuesto a dejar atrás todo lo que conoces y abrazar la oscuridad completamente."
Con la sed de poder ardiendo en su corazón, Lorcan aceptó la oferta. Durante años, estudió bajo la guía del holocrón, aprendiendo las artes oscuras y fortaleciendo su conexión con el Lado Oscuro de la Fuerza. Adoptó el nombre de Darth Vortek, dejando atrás su pasado y su identidad anterior.
Finalmente, decidió abandonar su planeta natal en busca de más conocimiento y poder. Viajó a Korriban, el antiguo hogar de los Sith, donde se sumergió en los secretos de las tumbas ancestrales y enfrentó desafíos que probaron su fuerza y su resolución.
Un día, mientras exploraba las profundidades de una antigua tumba, Darth Vortek encontró un artefacto antiguo conocido como el Cristal de la Muerte, que contenía un poder inmenso y peligroso. Al tocar el cristal, fue transportado a una visión del futuro, donde vio a sí mismo gobernando la galaxia, pero también vio su propia destrucción a manos de un misterioso Jedi.
Decidido a evitar este destino, Vortek buscó eliminar a cualquier Jedi que pudiera representar una amenaza. Su odio hacia los Jedi se intensificó, y comenzó a cazarlos uno por uno, utilizando tácticas de miedo y manipulación para atraerlos y destruirlos.
En uno de sus enfrentamientos, Vortek se encontró con una joven padawan llamada Elara, que mostró una fuerza y determinación sorprendentes. A pesar de ser solo una aprendiz, Elara logró herir a Vortek, lo que despertó en él una mezcla de furia y admiración.
"¿Quién eres, niña?", gruñó Vortek, sosteniendo su herida.
"Soy Elara, y no dejaré que destruyas a más inocentes", respondió ella con valentía.
El enfrentamiento fue feroz, pero finalmente, Vortek superó a Elara, dejándola gravemente herida. Sin embargo, en lugar de matarla, decidió capturarla y llevarla a su base secreta, intrigado por su potencial.
"Podrías ser más poderosa de lo que imaginas", le dijo Vortek mientras la mantenía prisionera. "Únete a mí, y juntos podemos destruir a la Orden Jedi y gobernar la galaxia."
Elara, aunque debilitada, mantuvo su espíritu indomable. "Nunca me uniré al Lado Oscuro. La Fuerza no es un arma para el poder, sino una guía para la paz y la justicia."
A pesar de su rechazo, Vortek no pudo evitar sentirse fascinado por la tenacidad de Elara. Decidió intentar corromperla lentamente, mostrándole los horrores y las debilidades de la Orden Jedi, esperando que eventualmente se uniera a él por su propia voluntad.
Con el tiempo, sin embargo, Elara comenzó a comprender más sobre Vortek, no solo como un enemigo, sino como una persona consumida por el dolor y la oscuridad. Intentó llegar a su humanidad, recordándole que aún tenía una elección.
"Vortek, el odio solo te llevará a la destrucción", le dijo un día, con una voz suave pero firme. "La paz interior es el verdadero poder."
Estas palabras resonaron en Vortek de una manera que no había anticipado. Aunque intentaba ignorarlas, no podía negar que algo dentro de él estaba cambiando. La visión de su propio futuro, lleno de poder pero vacío de paz, comenzó a perseguirlo.
Finalmente, en un momento de introspección, Vortek tomó una decisión crucial. Sabía que su camino de destrucción no le llevaría a la verdadera grandeza que deseaba. Con un acto de redención, liberó a Elara y le pidió que se fuera.
Elara, sorprendida por su decisión, le respondió con una mirada compasiva. "Aún hay esperanza para ti, Vortek. Siempre hay una oportunidad de redención."
Y así, mientras Elara se marchaba, Vortek se quedó solo, contemplando su futuro. Sabía que el camino hacia la redención sería largo y difícil, pero por primera vez en su vida, sintió una chispa de esperanza en su corazón. Decidió usar su poder no para destruir, sino para buscar un propósito más grande, uno que trascendiera la oscuridad que una vez lo consumió.
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