LA FIESTA DEL CIELO FUE TODO UN ÉXITO
fuente:La Opinion
Eva Ivanova es natural de San Petesburgo, pero se encuentra de vacaciones recorriendo la costa española. Por casualidad se enteró de que se iba a llevar a cabo una exhibición aérea en Los Alcázares y le pidió a su novio que la llevara a verlo. Fue, comentaba la joven, una de las mejores decisiones que va a tomar en todo el verano.
Miles de personas abarrotaban ayer las playas de Los Alcázares para presenciar la llamada Fiesta del Cielo, en conmemoración del Centenario del Aeródromo de Los Alcázares. Aviones patrullas acrobáticas, nacionales e internacionales, militares y civiles, se dieron cita en este festival aéreo que ha decorado el cielo del Mar Menor con acrobacias y maniobras durante todo el fin de semana.
En la arena no cabía una sombrilla más. Muchos de los asistentes se pegaron un madrugón impropio de un domingo de vacaciones para coger un buen sitio donde presenciar el espectáculo. Algunos de los que llegaron más tarde se metieron directamente en el agua. Del Mar Menor, del Mayor, del interior y hasta de otras provincias llegaron los espectadores.
El locutor anunciaba el despegue del primer avión y miles de cabezas se inclinaban hacia arriba al unísono. Acto seguido, centenares de brazos levantaban móviles y tabletas para compartir la fiesta en las redes sociales. Comenzaba un espectáculo que tuvo uno de sus momentos cumbre cuando uno de los hidroaviones realizó una carga a escasos metros de la orilla.
Algunos de los ´pájaros de hierro´ pasaban tan cerca que daba la sensación de estar dentro de una de esas películas de Hollywood.
Muchos fueron los escuadrones que en la mañana de ayer hicieron suyas las nubes. Hidroaviones, helicópteros y paracaidistas iban arrancando exclamaciones de admiración de un público que no quería ni pestañear para no perderse nada. Pero jugar en casa siempre tiene su ventaja y la Patrulla Águila, con sede en San Javier, fue la que más aplausos y admiraciones cosechó entre los presentes en la costa marmenorense.
Y entre vuelta y vuelta, los chiriguitos no tuvieron tregua para apaciguar la sed que provocaba el intenso calor que azotó ayer toda la Región.
Cerca del mediodía, el espectáculo finalizaba, los aviones tomaban tierra y los espectadores bajaban el cuello tras ver con sus propios ojos a los únicos capaces de hacer castillos en el aire.