En el norte de Burgos confluyen las cumbres de la cordillera cantábrica. La fuerza de sus aguas ha moldeado el paisaje con grandes depresiones como el curso del río Ebro y sus principales afluentes, desfiladeros estrechos, grandes cavidades subterráneas, escarpadas montañas y espectaculares cañones, pero sobre todo las fantásticas y numerosas cascadas de la comarca de Las Merindades.
Para conocer una veintena de cascadas realizaremos el recorrido de oeste a este, por norte de la provincia, finalizando en el límite con Álava en el salto del Nervión, el más espectacular de la Península Ibérica.
Comenzamos en Hoyos del Tozo. Bajo una gran peña está la plástica cascada de "La Coladera" o “La Churra”. Un pequeño salto de agua escondido entre los muros rocosos y cuyas aguas mueren a pocos metros en el río Rudrón.
Cerca de Fuenteodra está la cascada de la Yeguamea, con un chorro a presión que surge de una pared rocosa, que solo es visible tras la nieve, durante el deshielo.
En el valle del Rudrón, Tubilla del Agua tiene tres saltos o cascadas de fácil acceso. Tanto en el interior del pueblo, como a pocos metros del él, con la Fuentona.
En el imponente cañón del río Ebro, encontramos una de las más espectaculares y caudalosas de la provincia, la cascada de Orbaneja del Castillo. El torrente brota de la Cueva del Agua, atravesando el centro del pueblo acariciando las fachadas de piedra de las casas hasta descolgarse 15 metros, sobre una serie de terrazas de toba formadas por la cal del agua.
Desde Villabáscones de Bezana, siguiendo un camino paralelo al curso del arroyo de la Gándara, encontraremos dos idílicas cascadas. La cascada de las Canales, rodeada de una espesa capa de musgo, y continuamos hasta lo más profundo del bosque, en un desfiladero de verticales paredes, la cascada de las Pisas, en el que las aguas del río de la Gándara, cerca de su nacimiento, caen por una de las más espectaculares y bellas cascadas de la provincia.
Partiendo de Puentedey, siguiendo diez minutos a pie la carretera que lo une con Quintanilla de Valdebodres, en las Merindades, encontramos la cascada de la Mea, de unos 30 metros de caída en un estrecho cañón.
En uno de los valles pasiegos de Las Merindades, encontramos La Cascada de Guarguero, un precioso salto de agua que se desliza por las rocas hasta una poza.
En el Valle de Sotoscueva, una ruta circular de 9 kilómetros siguiendo el arroyo de San Miguel desde Quisicedo, pasa por la cascada de La Salceda, un espectacular salto de unos 30 metros en forma de escalera de piedra.
Siguiendo un sendero desde Padrones de Bureba, y atravesar un tramo boscoso y frondoso llegamos a la bonita cascada de la Huevera, escondida en un paraje del Valle de Caderechas.
Una tortuosa y precaria carretera llega a Tartalés de los Montes, a través de un túnel "artesanal", excavado en roca. Junto a él encontramos la bonita cascada, de 35 metros, de El Fuerte" o de "El Castillo" por donde se precipita un pequeño arroyo antes de morir en el rio Ebro.
En Tobera, cerca de Frías, el río Molinar atraviesa los elevados montes de los Obarenes, creando una estrecha garganta con varios saltos de agua en su camino hacia el Ebro.
Cerca de Pedrosa de Tobalina está la cascada del Peñón, donde el río Jerea se precipita 20 metros, con más de 100 metros de anchura, formando una espectacular piscina natural.
En Irús, en el Valle de Mena, siguiendo un poco por el Camino Real de las Enderrozas, nos encontraremos con dos espectaculares cascadas del río Hijuela.
La bonita Cascada de Aguasal, al pie del Zalama, está algo escondida y los caminos para llegar a ella suelen estar embarrados, el más fácil es desde San Pelayo.
En el Valle de Angulo está la Cascada de San Miguel, una de las más espectaculares ya que, con grandes lluvias o en durante el deshielo, se precipita más de 100 metros desde las paredes rocosas de Sierra Salvada.
Cerca del pueblo de Las Fuentes, también en el Valle de Angulo, se encuentra una de las cascadas más escondidas de Las Merindades, la cascada de Peñaladros. Sus 13 metros de caída están encajonados entre una frondosa vegetación.
El Salto del Nervión es el más grande y espectacular de la Península Ibérica con sus 222 metros de desplome, desde el páramo del Monte Santiago en el Valle de Orduña, hasta el fondo del Cañon de Delika, ya en Álava, con un mirador de inmejorables vistas panorámicas.
Hemos conocido gran parte de las cascadas del norte de Burgos, pero hay más por la zona y también en el este y sureste de la provincia, en la sierra de la cordillera Ibérica. Las iremos descubriendo, poco a poco, para admirarlas en un próximo capítulo.