LA ZARAGOZA DE LOS 60 VISTA POR JOSÉ ANTONIO MAENZA. SECUENCIAS RODADAS EN PASEO INDEPENDENCIA,.

Фильм және анимация

Aragón ha sido tierra prolífica en cineastas de primer nivel.
Desde Eduardo Jimeno, que rueda "Salida de misa de doce del Pilar de Zaragoza", una de las primeras película de la historia del cine español, hasta Paula Ortíz, una de las más prestigiosas directoras de nuestro panorama actual, son muchos los realizadores que han dejado su impronta en el universo cinematográfico.
Junto a Segundo de Chomón y Luís Buñuel, que ocupan por derecho propio un lugar en el Olimpo del celuloide universal, destacan Florián Rey, José María Forqué, Carlos Saura, Antonio Artero y José Luís Borau, a los que ha de añadirse una nueva y prolífica generación, de la que forman parte Pilar Palomero, Nata Moreno, Miguel Ángel Lamata, Nacho G. Velilla, Pablo Aragués o Ciro Altabás.
Gracias al trabajo de investigación realizado por Javier Hernández Ruíz, Pablo Pérez Rubio o Graciela de Torres, entre otros, hoy conocemos la figura y obra de otro de los grandes del cine, en este caso alternativo: José Antonio Maenza.
Este joven turolense, nacido en Cella en 1948, aunque radicado con su familia en Teruel, llega a la capital del Ebro en 1966 con el propósito de estudiar en la Facultad de Filosofía y Letras. Tiene por aquel entonces 18 años.
Lector compulsivo y cinéfilo empedernido, pero sin ningún conocimiento técnico, sueña con dirigir un cine militante, callejero y contestario, enfrentado al modelo impuesto por la industria cinematográfica.
Son sus fuentes de inspiración la "Nouevelle Vague", con Jean-Luc Godard como uno de sus máximos exponentes; el cine underground -subterráneo-, la cultura pop, el movimiento situacionista, Passolini o Gonzalo Suárez.
Como a Andy Warhol, le fascina la estética pop, el comic, el cartel y los símbolos externos de la sociedad de consumo: los coches, las grandes superficies comerciales, los electrodomésticos...
El campus universitario zaragozano resulta ser el paraíso soñado por una juventud profundamente inquieta, que necesita respuestas políticas y culturales alternativas a las impuestas por el asfixiante régimen instalado en la España de aquellos años.
Maenza se sumerge rápidamente en ese mundo colaborando en las publicaciones universitarias "Más margen" y "Cine, ciudad y universidad. Frente cine libre" y en el cineclub del Centro Pignatelli.
Además, escribe poemas y caligramas, y participa en tertulias literarias.
En 1967 diseña junto con otros compañeros un curso de cine titulado "La aventura de los realismos: introducción al cine como forma de expresión completa: para un entendimiento del cine independiente", que financia la propia Universidad. En el mismo se incluye un ejercicio práctico, consistente en realizar un rodaje.
Es el mecanismo del que se sirve José Antonio Maenza para cumplir el sueño de rodar la que se convertirá en la primera película de una escasísima filmografía pero suficiente como para convertirlo en una de las más importantes figuras de la vanguardia cinematográfica española: "El lobby contra el cordero".
No es momento ahora de hablar de su película -proyectada únicamente en circuitos muy restringidos de Zaragoza, Madrid, Valencia o Barcelona-, ni de su dramática existencia -cleptomanía, rodajes con cámaras sin película, drogas, abandono personal, psiquiátricos...-, ni de su trágica muerte.
Me interesa mostraros, en este y sucesivos vídeos, aquella Zaragoza de los años 1967 y 1968 cuyas calles Maenza convierte en un gigantesco plató por el que se pasea la cámara sin ataduras y sin ningún tipo de permiso administrativo.
La última parte del rodaje se superpone temporalmente con la revuelta parisina de mayo del 68; la primera, lo precede.
En el recorrido que hoy os propongo, transitaremos por el paseo de la Independencia de la mano de una clase media que ha logrado dejar atrás las calamidades de la posguerra y que se deja filmar con asombro, a veces en blanco y negro, a veces en color, por una cámara de 16 mm. que recoge las extravagancias de unos jóvenes universitarios que transitan por el centro de la vía a caballo, interrumpen el tráfico con sus ocurrencias guionizadas, pasean por entre los porches con un cordero entre los brazos, visten con la estética revolucionaria del Ché Guevara o adornan las paredes con carteles que rinden tributo a la historia del cine.
A los que por aquella década ya éramos adolescentes las imágenes nos permiten rememorar las columnas de nuestra gran avenida anunciando los últimos estrenos cinematográficos, los quioscos de prensa, la cervecería "Los Espumosos", la papelería "Octavio y Felez" o el estudio fotográfico de Marín Chivite. Y curiosear por la planta calle y el supermercado de los "Grandes Almacenes SEPU", inaugurados por aquel entonces en el paseo de la Independencia.
Y muchos otros detalles que a mí se me han escapado y que seguro que vosotros podréis identificar y compartir.
Disfrutad del paseo.
MÚSICA
Cocktail Hour, de Aaron Kenny. KZread.

Пікірлер

    Келесі