Hace ahora algo más de sesenta años, la locura destructiva se adueñó de Zaragoza, ciudad por la que los especuladores campaban a sus anchas.
Desaparecieron la iglesia de San Juan y San Pedro, inmuebles emblemáticos del casco histórico y edificios modernistas del entonces llamado Paseo General Mola, hoy paseo de Sagasta.
Y los ciudadanos tuvieron que emplearse a fondo para preservar de la piqueta al Mercado Central.
Uno de los objetivos urbanísticos defendido durante décadas fue el de prolongar el paseo de la Independencia hasta la plaza del Pilar.
Afortunadamente, en 1978 el casco histórico zaragozano fue calificado como conjunto histórico, poniendo término a tan insensata pretensión, aunque debieron de transcurrir diez años más para que se materializara el proyecto "Puerta Cinegia", que es el que conocemos en la actualidad.
Pero antes de que esto ocurriera, se había instalado en la ciudad un debate interesado, en el que se pretendió oponer lo "nuevo" a lo "viejo", la "salubridad" frente al "abandono", el "progreso" frente al "estancamiento", llegando a afirmar uno de aquellos amantes de la piqueta que el "Tubo" lo único que tenía de romano eran los calamares.
Providencial fue la prudencia del alcalde Cesáreo Alierta (regidor municipal de 1966 a 1970), que frenó los intentos de demoler el casco histórico a pesar de que compartía el consistorio con importantes impulsores de tal desaguisado.
Tras el fallecimiento de Ramón Sainz de Varanda, accedió a la presidencia del consistorio Antonio González Triviño, reiniciándose un nuevo período de barbarie urbanística, en el que se desclasificaron edificios catalogados y se destruyeron los restos de un magnífico templo romano, oculto bajo el suelo de la plaza del Pilar y al que se le hizo desaparecer con nocturnidad y alevosía para construir sobre tan insignes ruinas un aparcamiento subterráneo, evidenciándose de este modo que la especulación suele llevarse bien con todas la corrientes políticas.
En este fragmento del reportaje de TVE "Fue noticia", del 27 de abril de 1980, puede apreciarse la presión a la que fue sometido por aquel entonces el emblemático "Tubo", permitiéndose que sus edificios devinieran en estado de ruina uno tras otro, sin que por ello los zaragozanos renunciasen a transitar masivamente por sus callejuelas.
Pueden verse a continuación unas secuencias de los siguientes espacios zaragozanos:
- El Tubo.
- La Plaza de España.
- El Paseo de la Independencia, en su confluencia con la plaza de España.
- La calle Francisco de Vitoria y la por entonces muy concurrida Oficina de Empleo.
- El Polígono de Cogullada, nacido al amparo de las políticas desarrollistas de los años 60.
- El inicio de la carretera de Logroño.
- El Campus universitario.
Fue precisamente en la Oficina de Empleo de la calle Francisco de Vitoria en la que inicie mi actividad profesional como funcionario.
Eran tiempo en los que los parados eran mirados con cierto desdén, incluso por los propios empleados públicos, ya que se les consideraba "poco aficionados" al trabajo. Ya se sabe, por aquél entonces se afirmaba que "no trabaja el que no quiere".
Hubo que remover muchos obstáculos para conseguir dignificar las llamadas oficinas del paro, en las que se carecía incluso de sillas en las que pudieran sentarse los desempleados mientras aguardaban a ser atendidos, tras largas horas de espera.
Por no haber, no había mesas ni estanterías en las que cumplimentar los impresos que debían presentar para solicitar las prestaciones.
Pero en fin, esos eran otros tiempos. ¿Muy diferentes de los actuales, quizás?
FUENTES:
"Fue Noticia". RTVE. 27 de abril de 1980.
www.rtve.es/play/videos/fue-n...
MÚSICA
Confident Kurt, DE TrackTribe. KZread.
EDICIÓN
Mario Maganto Berdejo.