"La sombra de Marko" de Marguerite Yourcenar - por Quique Pesoa

El transatlántico flotaba suavemente sobre las aguas lisas como una medusa abandonada. Un avión hacía piruetas con el insoportable zumbido de un insecto irritado en el estrecho espacio de cielo encajonado entre las montañas. Apenas había transcurrido el primer tercio de una bella tarde de verano, y ya el sol había desaparecido detrás de las áridas estribaciones de los Alpes montenegrinos sembrados de raquíticos árboles.

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