La poda en el olivar

Tras la recogida de la #aceituna hay que realizar otra de las tareas que más trabajo y tiempo requieren en el olivar: la poda. Esta práctica es esencial no solo para ayudar a que el árbol se mantenga joven y sano, sino que es el primer paso para conseguir la máxima producción de aceite, con la mejor calidad posible. En esta tarea se encuentran aún inmersas muchas fincas olivareras, algunas, como la de #MonvaSL (Mancha Real, Jaén), ya están terminando este laborioso proceso con el picado del ramón y su incorporación al suelo como “#mulching” o acolchado (añadir una capa de material orgánico al suelo).
Con la poda se persigue que en el árbol predominen las ramas jóvenes y que la luz y una óptima ventilación puedan llegar a todo el olivo, a sus flores y a la aceituna. Por ello, es preciso saber qué se corta y dónde se corta; aquí, la #experiencia de los grandes expertos es fundamental para formar a las nuevas generaciones y seguir manteniendo viva la historia y #CulturaDelOlivar. De igual manera, también es importante entender que no es igual la poda en un olivo cuya producción se destina al aceite que la que se realiza en un olivo que dará aceitunas para mesa.
Pero ¿qué se hace con los restos? Tradicionalmente, se ha quemado este subproducto del olivar. Sin embargo, actualmente esta práctica está siendo cada vez más desechada por los olivareros, quienes han encontrado en el picado del ramón un aliado en la #conservación de sus cultivos. Por una parte, porque requiere menos tiempo y no hay peligro de que se quemen los árboles de alrededor. Pero, sobre todo, porque con su picado se incorporan los restos al suelo, mejorando su estructura, aumentando su fertilidad y ayudando a la retención de la humedad y el agua. Esto se traducen en amplios beneficios para la #producción del olivar y, además, reduce la erosión del suelo.

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