“Sobre agua edificada, mis muros de fuego son”. La incorporación de Madrid al reino de Castilla como villa con privilegios y fuero real no hizo sino incrementar su importancia y fuerza económica durante la Edad Media. En un contexto político aún muy inestable por la amenaza islámica y la necesidad de la monarquía de afianzar su poder, la ciudad levantó nuevos muros para encerrar sus desprotegidos arrabales. Esta segunda muralla llegó a alcanzar los trece metros de altura, superaba el kilómetro y medio de longitud y contaba con más de sesenta poderosas torres semicirculares para su defensa.
En esta segunda entrega sobre las murallas de Madrid, el Museo de San Isidro, nos acerca a esta imponente construcción a través de los restos que, ocultos en el entramado urbano, han sobrevivido hasta nuestros días, y de reconstrucciones virtuales que nos sumergen en una visión inédita y sorprendente de nuestra ciudad. Asimismo, exploramos el recorrido de la Cerca de Madrid, construida entre los siglos XVII y XIX para delimitar la ciudad tras el fuerte crecimiento que siguió a la instalación de la corte.