Beatriz Fernández y Eduardo Macía, dos estudiantes colombianos de Administración de Empresas, fundaron Crepes & Waffles en 1980 con 2.500 dólares. Habían desarrollado el gusto por las crepes durante sus estudios en Montreal y París, y decidieron abrir un restaurante en Bogotá. El primer local estaba en el garaje de la casa familiar de Beatriz. A pesar de su falta de experiencia en la cocina, la pareja creó un menú basado en las recetas de un libro. Al principio, las ventas no eran constantes y los clientes volvían poco. Un día, un cliente les ofreció una receta de waffles que cambió la suerte del restaurante.
Después de la visita de la señora, la pareja renovó su menú y se centró en introducir la crepe en el mercado colombiano, una tarea difícil ya que era desconocida para los lugareños. En 1983, abrieron un segundo local, esta vez en el centro internacional de Bogotá, centrado en un servicio personalizado de alta calidad. El énfasis del restaurante en el servicio y los productos de alta calidad se convirtió en el sello distintivo de la empresa. Al año siguiente, abrieron su primera sucursal en Cartagena, donde aplicaron nuevas estrategias para atraer clientes.
En 1985, la empresa adoptó la "ley del amor", que pretendía resumir la moral del restaurante como un lugar donde la gente se sentía cómoda, escuchada y parte de una familia. La empresa empezó a contratar preferentemente a mujeres vulnerables, en particular madres solteras. En la actualidad, las mujeres representan el 91% de los empleados de la empresa, y el 75% de ellas son madres solteras. Los empleados también tienen acceso a bonos de vivienda al 0% de interés, seguro médico complementario y talleres de creatividad en la Academia SER, propiedad al 100% de Crepes & Waffles.
En 1986, seis años después de su apertura, Crepes & Waffles ya era reconocido entre los colombianos como un restaurante de alta calidad que siempre ofrecía lo mejor a sus clientes. El número de comensales alcanzó el millón en diciembre de ese año. En los años siguientes, de 1988 a 1994, la empresa abrió siete restaurantes más en varias ciudades de Colombia, como Medellín y Barranquilla.
En 1995, la empresa inició su expansión internacional con su primer restaurante en Quito, Ecuador. Gracias al éxito de este restaurante, se aceleró el plan de expansión. Hoy en día, Crepes & Waffles es una de las cadenas de restaurantes más valiosas de Colombia.
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