Para hacer este recorrido partimos de la Playa de los Pescadores de Islantilla, con unas bonitas casitas de colores para guardar los artes de pesca. Las casetas le confieren un bello cromatismo a este punto de la costa. Esta playa se encuentra a la altura del Mercadona de Islantilla. De aquí vamos siguiendo por la línea costera hasta la ermita de La Redondela, construida en 1994, incrustada en el cordón dunar, entre los pinos. Un poco más adelante, nos encontramos con la Casita Azul, antigua vivienda de los guardeses del pinar. En la actualidad, funciona como Centro de Información Turístico. Seguimos avanzando y, junto a la carretera entre Isla Cristina e Islantilla, nos encontramos el viejo cementerio de la villa, de 1884. Caminamos ahora hacia el centro de la villa para localizar el viejo depósito de suministro de agua, hoy en desuso, muy cerca de la iglesia. Bajamos un poco, hasta el Ayuntamiento, jalonado por un inmenso cartel con el nombre de la localidad. En el jardín exterior se encuentran estatuas de Roque Barcia y Blas Infante. Nos dirigimos ahora al casco histórico de Isla Cristina, entramos en la Plaza de las Flores, observamos en primer lugar la casa de don Justo o casa Roselló, de la burguesía conservera. La vivienda se construyó en 1927. Fue diseñada por el arquitecto sevillano Aníbal González. Destaca por los azulejos de su fachada. La casa fue mandada a construir por Manuela Zarandieta Roselló, viuda de Roselló Ferrera. Fue construida por el maestro albañil Saturio Santiago. Muy cerca se encuentra la vivienda más impresionante de todas, la casa de Gildita, Hermenegilda Zamorano Soler, construida en 1928 por el magnate de la industria conservera Juan Zamorano Columé. Esta vivienda, lamentablemente, fue derruida en 1989, así que volvió a levantarse de nuevo con posterioridad. En sus bajos se trasladó el Círculo Mercantil, popularmente conocido como casino de los ricos. Precisamente, el Casino la Unión o casino de los pobres, del arquitecto sevillano José Espiau y Muñoz, se encuentra justamente al lado. Ambos casinos imitan el modelo inglés de Riotinto. Seguimos avanzando y localizamos la Casa de don Román Pérez Romeu, de 1918, uno de los grandes alcaldes de la localidad. En 2009, se convierte en Biblioteca Municipal. Cuenta con un bonito mirador. La última casa que observamos es la de Blas Infante, padre de la patria andaluza, cerca de la casa hermandad del Rocío. Abandonamos el centro neurálgico de la población para marcharnos al Paseo de las Palmeras, donde nació la villa. Ahí se localizaba la fuente de La Higuerita, que dio nombre en su día a la villa: Real Isla de La Higuerita, que luego fue cambiado por Isla Cristina, en honor de la reina regente. Abandonamos la población para marcharnos al puerto pesquero, al Muelle Marina, donde observamos las fachadas de los edificios industriales del siglo XX. Desde 2008, se está llevando a cabo la restauración de la conocida como fábrica de Mirabent para albergar el Centro de Innovación y Tecnología de la Pesca. Saltamos ahora al otro lado de la ría Carreras, por el puente homónimo, para observar los pequeños astilleros de reparación de embarcaciones de poliéster, los viveros que se encuentran al final de la ría y las salinas de las marismas altas. En el bar La Curva, pido una tapa excelente de pellejitos de atún con tomate y pongo punto y final a la ruta.