Un vídeo imprescindible. En un momento en que el marxismo empieza a recuperarse del lío epistemológico en que lo sumió Althuser ´-y que hizo que la izquierda sufriera desarmada el ataque demoledor del neoliberalismo- es fundamental que mantengamos a Laclau en su sitio: el de un teorizador de la demagogia como forma de construcción de sujetos políticos. Útil para tomar el poder pero inane si se quiere reformar la sociedad, gestionar el estado o hacer cualquier otra cosa que no sea tomar el poder. El único "pero" a la presentación es que no creo que Poulantzas sea el eslabón perdido entre Althuser y Laclau. Muy al contrario creo que Poulantzas estaba deshaciendo el entuerto creado por Althuser y describiendo de forma correcta la relación entre la política y el sustrato económico. Por desgracia no pudo sobrevivir a la destrucción del lenguaje que había realizado la generación anterior. Tal y como el free jazz hizo odioso el jazz, Althuser hizo odioso el lenguaje marxista y Poulantzas lo pagó con la vida.

Un dato: La revista que citas no se llama El ojo macho sino El ojo mocho (adjetivo que en Argentina usamos como sinónimo de magullado o mutilado) y fue una revista crítica del neoliberalismo menemista al cual tratas de vincular a Laclau vía Abelardo Ramos. Sus fundadores y colaboradores fueron en su mayoría exiliados de nuestra última dictadura militar. Probablemente parte de las problematizaciones de Laclau del concepto de clase están motivadas, como sugiere la entrevista que citas, por el peronismo clásico y el de los sesenta (cuyas movilizaciones aparecen en la tapa de Política e ideología en la teoría marxista) y otras configuraciones políticas mestizas del tercer mundo. Lamentablemente sobre el final la ponencia se mostró como lo que realmente era, una argumentación regresiva y antiperonista.