Jesus Quintero.
Los sonidos del silencio
Recuerdo que un día me quedé en silencio ante la cámara durante casi dos minutos, y al día siguiente al mirar las encuestas, los sondeos, observé que esos fueron los dos minutos de más audiencia, o sea que me estáis invitando a que me calle para siempre.
Por eso el silencio, también el silencio tiene sus sonidos, humildes sonidos que durante el día se mezclan y se pierden en el rugido de la vida, pero que en la quietud de la madrugada cobran todo su protagonismo.
Ahora mismo nos quedamos en silencio y escuchamos el tictac de un reloj, la respiración de tu compañero, los latidos de tu corazón, el suave crujido de las sábanas…de las sábanas limpias, el llanto de un niño, el viento, un grifo,…un grifo que gotea, el motor del frigorífico, el vuelo de una mosca, el zumbido del ascensor, el traqueteo del camión de la basura, el silbato de un tren (lo que más me gustaba de mi pueblo), el maullido de un gato, la sirena de una ambulancia, el ladrido de un perro, la lluvia…la lluvia, los países de un noctámbulo, el crujido de un mueble, un suspiro, la queja de un enfermo, el rítmico vaivén de una cama, las efusiones del amor…
También la noche tiene su sonido.
Pedro de Mena Gonzalez
PdeMena
PdeM