Esta exposición fotográfica que ahora mostramos persigue, ante todo, una función didáctica. Hemos querido, con el apoyo técnico que ofrece la informática, mostrar algo más que (al estilo de una exposición convencional más) una serie de imágenes descontextualizadas: hemos intentado explicar, narrar, documentar, una por una, cada una de las fotografías del conjunto expositivo. Sólo así, por primera vez en Linares, vamos a descubrir detalles estilísticos, técnicos, históricos o sociales que posiblemente nos hayan pasado inadvertidos en fotografías que ya hemos visto antes. Por otra parte, incorporamos una nueva visión antropológica menos conocida de Linares, una pequeña muestra de sus gentes. Gente de aquí y de allá, pero que acabaron, todos ellos, haciendo el Linares actual que conocemos. Por último, técnicamente, el recorrido expositivo responde a un intencionado simbolismo espacial. La distribución de las imágenes no es, por tanto, arbitraria. Comenzamos penetrando en El Linares de siempre, recorriendo su primitivo núcleo urbano y mostrándolo cargado de tradiciones. Volvemos a salir, pues el profundo cambio que va a experimentar la ciudad se da en sus afueras, donde se gesta una auténtica revolución industrial. Es el nuevo Linares, que nace a la sombra de su mayor riqueza natural, el plomo. Por último, desde el distrito minero hacemos una última visita a ese otra nueva ciudad asomada a la modernidad, exponente de una nueva fisonomía urbana que terminará por descubrirnos el variopinto perfil de sus pobladores.