Ignacio Merino Arroyo

Ignacio Merino Arroyo, oriundo del pueblo de Bustillo del Monte en Valderredible, nació en una fría madrugada de enero de 1950, en un parto atendido por Inés, la comadrona del pueblo. Su familia era oriunda de la zona y estaba dedicada a la agricultura y la cría de ganado para subsistencia. Desde temprana edad tomó las primeras responsabilidades asociadas al campo, ganado o a la plantación de pinos, para ayudar a sus padres, Carmen y Emilio. Y a la temprana edad de 3 años, se incorporó al espacio escolar. Desde sus primeros años de vida, relata una trayectoria marcada por una dedicación incansable a su tierra y sus gentes, como era costumbre en un pueblo solidario con sus vecinos. De hecho, en su infancia recuerda ayudar en misa al cura del pueblo, Daniel García, en la iglesia de San Martín.
Entre 1959 y 1962, sus estudios en la Escolanía de Palencia marcaron su formación académica. Después de regresar a Cantabria, Ignacio continuó su formación en la Escuela de Maestría de Santander, donde profundizó en la especialidad de carpintería y ebanistería durante dos cursos, finalizando la Maestría Industrial en Barakaldo. A los 18 años, se mudó con sus padres y su hermana al País Vasco, donde residió durante varias décadas. Con 20 años, mientras residía en Portugalete, conoció a Paloma, con quien lleva casado 50 años y ha sido padre de una hija y un hijo, además de abuelo de tres nietos. Su vida familiar ha sido una parte fundamental de su trayectoria.
Tras completar su formación en Cantabria y terminar la Maestría, se desempeñó en varias ocupaciones, comenzando en una carpintería en Santurce, donde trabajó en la confección de remos durante 20 días sin obtener ningún sueldo a cambio. Luego desempeñó diversas funciones en Viconsa S.A., una empresa constructora con sede en Bilbao. En el ámbito sindical, Ignacio se unió a CCOO tras el primer año de la constitución del sindicato y a raíz del término de la primera huelga general de la Construcción en Vizcaya de 1976. Coincidiendo con la presidencia de Adolfo Suárez, apoyó las huelgas impulsadas por el sector de la construcción y brindó su apoyo a los panaderos en sus luchas laborales.
Su compromiso sindical lo ejerció desde 1990 a 2011, momento de su jubilación, y ocupó el cargo de secretario general en CCOO en el sector de Construcción de Euskadi los últimos 12 años, donde negoció convenios en el sector de la construcción en distintos territorios.
Tras una larga y dedicada carrera sindical, Ignacio redirigió su energía hacia la preservación de la historia de Bustillo del Monte. Su labor de investigación y archivo le ha llevado a bucear en los documentos históricos, rescatando sentencias, declaraciones originales, fotos y boletines oficiales que documentan los eventos de la comunidad y en especial los 'sucesos de Bustillo del Monte' de 1932, en los que dos mujeres fueron ametralladas por la guardia civil en el monte Santa Juliana. Parte de este material está disponible en el centro cultural 'El Chigri', ubicado en un edificio del siglo XVII que funcionó como Colegio Mayor hasta 1900 y posteriormente como escuela, donde él mismo recibió educación. Ha sido un punto central en la comunidad desde los años 70, sirviendo como espacio social para los vecinos. Desde 2009, el edificio opera como la Sociedad 'Bustillo el Chigri', impulsando una variedad de eventos y actividades destinadas a preservar y difundir la cultura de Bustillo del Monte. Además, sirve de sede del Club Deportivo «Los Matorrizos Bustillo», y con el objeto de dar a conocer los paisajes y la cultura de Valderredible, la Sociedad junto con la Junta Vecinal de Bustillo del Monte y el Ayuntamiento de Valderredible, han ideado la Marcha BTT Los Matorrizos, realizadas XIV marchas a 2023.
En 2023, Ignacio gestiona y apoya activamente las actividades culturales organizadas por la sociedad Bustillo, ha abierto y promueve la “Ruta de los Robles” y colabora con la asociación vecinal. También gestiona el blog “Bustillo El Chigri”, en el que publica sus poemas y escritos abordando la vida, las costumbres de su pueblo y la historia de Bustillo, con el deseo de dignificar la memoria de su pueblo y promover la 'Ruta de Santa Juliana', dando a conocer la historia de 1932 y homenajeando a las víctimas. Asimismo, en 2008 publicó el libro “Palabras de Bustillo” con localismos y vocabulario en desuso de Bustillo del Monte. “El vivir luchando y defendiendo lo que crees, es una buena manera de vivir”, es en resumen el lema que sigue Ignacio en sus 73 años de trayectoria.
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