Tuve el placer de dar los primeros pasos a vuestro lado, me acogisteis como si fuera de vuestra familia y, por ello, os estaré siempre agradecido. Pasé de ser malagueño a sentirme gaditano con vuestra hospitalidad infinita y con vuestro arte tan maravilloso. En mi mente se grabaron tantos momentos... No sabría explicarlos con palabras. Como un niño que se queda huérfano volví a mi tierra para acabar Medicina. Me tocó empezar de nuevo. Fue duro al principio, muy duro. Aunque ahora puedo decir que no me arrepiento, en Málaga me hicieron un hueco. Dicen que la vida da muchas vueltas; yo os digo que si una de esas vueltas nos cruza de nuevo, nunca olvidaré esos primeros pasos. Gracias de corazón, compañeros.

Un cariñoso abrazo a todos, y el deseo de que tengais una etapa preciosa, en el desarrollo de esa maravillosa labor sanitaria. Os dejo todo lo mejor.