La canción de rap que más me ha gustado la compuso un gran amigo: Gife Rhamm.
[Estribillo]:
De peores momentos a peores momentos
no hay diferencia: la pasas sufriendo.
La lluvia, la noche, la luna, el frío.
La casa vacía inspira mi hastío.
Sin tranquilidad, uno más en la ciudad.
Hostigado, arrepentido, sin saber cómo arrancar
los barullos que atosigan al desierto de mi vida.
Mis lágrimas esconden el dolor de mi huida.
Me alejé de las personas, me encerré entre las paredes:
me dejaron lastimado, atrapado entre las redes
de locura que yo mismo tendí, perdí.
¡Las palabras que me pudieron servir! ¡En fin!
Los ojos de este extraño solitario son huraños.
No encuentro la escalera que me eleve en sus peldaños.
Hago daño casi siempre y tomaste la venganza.
Derrotado por tan poco has matado mi confianza.
Mis problemas son añejos, mi esperanza yace muerta.
En la puerta de mi alma hay una vereda abierta.
Somos túneles sin fondo, el vacío es infinito.
No sé cómo se llama la cura que necesito.
Necesitamos fe para sentirnos a 100:
confusa, invisible y se esfuma como el bien.
No hay pregunta sin respuesta, pero ¿dónde están?
El vivir es complicado si no puedes protestar.
Leí no se qué tanto y de nada sirvió:
el adiós dominó y en el fango me hundió.
Extrañé gestos, caricias y voz.
Refugiado y perdido en un mundo atroz.
He escrito mi canción más triste por amor.
El amor cuando se muere renace con dolor.
Me quedé mirando por el muro del desprecio.
Las mujeres no se compran pero les ponemos precio.
Unas valen dinero; otras, oro; otras, llanto.
Me duermo cuando pienso y con sueños me levanto.
La mujer de mi cuento terminó por extinguirse:
su llanto fue sincero y con dolor al despedirse.
Yo soy lo que hago, lo que pienso son ideas.
¿Seré de tu agrado? ¿Seré lo que creas?
Sé que no soy un santo, que tengo mis errores:
para algunos los mejores, para otros los peores.
Dejé correr el agua para que no se apeste.
No quiero oír de nadie, hoy nada me pertenece.
Han oído los murmullos de la noche lastimera.
Mis quimeras son privadas por la mano de mi pena.
[Estribillo]
Si la vida es un viaje, caro pago mi pasaje.
Las sonrisas que despido son mi grande camuflaje.
De nada me quejo, no buscaré excusas,
sólo quiero derrotar este miedo que me acusa.
No tengo condiciones para dar amor semántico.
¿Y que no siento nada porque no soy romántico?
Siento tener que dejar mi proyecto
de ser agradable y que finjan afecto.
Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido.
A ése que se disculpa se le llama "arrepentido".
Creo en mí mismo, me lleva a mis abismos:
me duermo en una sábana llamada pesimismo.
No soy ese fenómeno que goza de modales:
tengo más la idea de que somos animales.
Soy único es cierto, pero ¿quién no lo es?
Catalogan mi persona por mi cara soez.
Las palomas de mi patio hace días que se fueron:
nunca las detuve, ya nunca más volvieron.
Me dijeron que los ojos son ventanas...
con pupilas de cristal para proteger al alma.
El que cae se levanta para volver a caerse.
Es difícil para todos aprender a conocerse.
«Adiós a mis rencores» es el lema de este tema.
El fuego del estrés no destruye pero quema.
[Estribillo]