El Baskonia protagonizó una final de Copa en la que ningún pronostico contaba con su presencia en una temporada muy complicada para el equipo que dirigía Dusko Ivanovic. El equipo alavés se enfrentó al considerado mejor Barça de la historia hasta entonces con Pesic como entrenador y estrellas como Navarro, Bodiroga y Jaskivevicius. Fue su pivot Roberto Dueñas quien decantó la final para el conjunto culé tras una prórroga. En un partido en el que de nuevo el ala pivot francés Thierry Gadou fue el sorprendente recurso con el que el Baskonia estuvo a punto de llevarse la Copa ante el Barça que esa temporada lograrse el triplete, es decir Liga, Copa y Euroliga.