El Mito de la Caverna según Simone Weil - Enrique Eskenazi

La caverna de Platón, ¿cuál es la caverna de Platón donde están encerrados los prisioneros mirando sombras en el fondo de la caverna y creyendo que eso es lo que hay ese es el mundo real. Sin saber que las sombras que ven son proyecciones, en el fondo de figuras que hay detrás y más atrás hay una salida. Y fuera de la caverna existe la luz pero ellos no lo han visto nunca.
Para ellos esto es la realidad, todos comulgan con lo bonito que es el fondo, todos atados, mirando al fondo. Cuando uno de ellos sospecha que hay salida, lo consideran loco. El filósofo es aquel que ha salido, ha visto la luz, sabe que esto no es, vuelve a la caverna a los compañeros: "Salgamos si esto es maravilloso. El pobre que le sigue, le sigue con ilusión pero cuando llega a la puerta y ve la radiación de la luz, después de vivir toda su vida en la oscuridad, le duele, claro. “¿Adonde me has traído?, me duele, desgraciado, déjame volver, déjame volver que esto me está matando!!!
La Alegoría de la Caverna, incluida en el Libro VII de La República de Platón, es la fuente de inspiración de muchos movimientos gnósticos, y en parte señala ya una variante gnóstica ínsita en todo pensamiento platónico. ¿Qué es esta caverna que tiene aprisionada a la humanidad? La ignorancia, acaso. Pero no la ignorancia en tanto que falta de instrucción académica, o no sólo esa. Sino la falta de gnosis, de "conocimiento salvador", de "conciencia" del exilio.
¿Cuál es la caverna? "Esto" es la caverna, esta vida miserable de literalidades, de expectativas, obligaciones y compromisos, pequeños deseos, rabias compensadas, frustraciones diarias, vivir para un mañana que nunca llega, lo único que llega mañana es la muerte. Vivir para un reconocimiento de los otros prisioneros de la caverna.
“Nacemos y vivimos en contrasentido, porque nacemos y vivimos en el pecado, que es un trastocamiento de la jerarquía. La primera operación en nuestra vida es la vuelta, la conversión, o el retorno." Simone Weil
Acabamos de ver que para el gnóstico el primer reconocimiento de que este no es su mundo, es vivir aquí dándose la vuelta: el retorno, el regreso al mundo perdido. Pues ella lo tiene claro, esto no es, esto es el pecado, el pecado es la ilusión, el pecado es la mentira, el pecado es lo irreal. No, el pecado no es la moral sexual del puritanismo o la clase media; Simone no está para esas tonterías. El pecado consiste en otorgarle valor de Dios a lo que es finito, el pecado consiste en imaginar arbitrariamente en cualquier objeto finito - la presencia del polo del que hablaba Henri Corbin -; cuando haces de cualquier cosa de este mundo el polo, eso es pecaminoso, eso es concupiscencia, eso es imaginación encegecedora que no permite reconocer el mundo que te esta aguardando. Por lo tanto cuando dice aquí es concupiscencia, aquí es … la primera operación es el retorno, la primera operación es la conversión.
Dice Simone Weil: “El renunciamiento exige que se pase" - el renunciamiento a que? a la concupiscencia - "exige que se pase por angustias equivalentes a las que causaría la perdida de todos los seres queridos, y de todos los bienes, incluyendo las facultades y adquisiciones en el orden de la inteligencia y del carácter, - las opiniones y las creencias sobre lo que es bueno, lo que es estable, etc-, y todo esto no hay que sacarlo de sí mismo sino perderlo como lo perdió Job. Pero la energía así separada de su objeto" - energía del deseo así separada de sus objetos - "no debe ser desperdiciada en oscilaciones, degradada. La angustia debe ser mayor aun que en la desgracia, no debe parcelarse en el tiempo ni debe desperdigarse en esperanzas futuras. Es la concentración de este deseo que en este mundo no tiene satisfacción lo que abre la puerta a la gracia".
Pero si en vez de esto me imagino que mañana lo tendré y mejor: otra vez al mundo terrenal, otra vez al mundo de la gravedad, otra vez a meterse en la caverna.
“Si nos consideramos en un momento determinado, en el instante presente" - dice Simone Weil - "separado del pasado y del futuro, somos inocentes. No podemos ser en este instante más que lo que somos. Todo progreso implica una duración - lo cual es imaginario-. Corresponde al orden del mundo en este instante que seamos lo que somos. Aislar así un momento implica el perdón, pero este aislamiento es el desapego”. Que, claramente, es el único camino para ella.

Пікірлер: 2

  • @Elemento-115
    @Elemento-115 Жыл бұрын

    Gracias por grabar y compartirle a él. Un erudito.

  • Жыл бұрын

    podcast d'iVoox! Cursos impartidos por Enrique Eskenazi go.ivoox.com/sq/118801

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