Pido perdón desde aquí a Jorge Ponce. Pero, inspirada por iniciativas como las de Ernesto Castro, Elvira Sastre o Juan Fernández Rivero de subir lecturas durante el confinamiento del COVID-19, yo reactivo mi viejo canal de KZread con esta lectura del comienzo de 'El tiempo de las amazonas', de Marvel Moreno (Barranquilla, 1939 - París, 1995), una de mis autoras preferidas, a quien reivindiqué en 'El coloquio de las perras'. El otro día, después de publicar la reseña de esta fantástica novela póstuma, muchxs me pedisteis en Instagram referencias o lugares donde poder leer a Moreno. Como de momento es imposible conseguir este libro aquí (y más durante este encierro pandémico) se me ocurrió la posibilidad de compartir un fragmento, tal vez el primero de una futura serie de lecturas de mujeres que han sido invisibilizadas por el canon.
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Os dejo con la reseña que publiqué en Goodreads el otro día, donde evidentemente le di todas mis estrellas:
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El cotilleo como técnica narrativa arrolladora. El fin de la monogamia -y sus complejidades- antes del debate sobre el poliamor: «una cosa era hablar de la libertad de la pareja y otra ponerla en práctica». La hipocresía de cierta clase acomodada -intelectuales, antiguos militantes de izquierda en Latinoamérica- a los que la vida en París volvió conservadores: ¿una burla, entonces, a los machos del Boom? Y también la enfermedad y su peso en el cuerpo de Gaby, el personaje más relevante de esta brutal novela. Porque ‘El tiempo de las amazonas’ es la historia de la sexualidad, la insatisfacción, el adulterio, el aborto clandestino, el ansia de libertad, y también el pulso feminista de tres primas colombianas que llegan a Europa en los 70. Sus experiencias entrecruzadas con las de otras mujeres dan cuenta de lo necesario de la liberación del deseo femenino en la conquista por la igualdad, pero también de lo doloroso que puede resultar adquirir tales libertades: «en su fuero interno le reprochaba a Luis el haber utilizado el matrimonio para acaparar su cuerpo poniendo sobre él una especie de marca personal que excluía a los otros hombres y, al mismo tiempo, se sentía avergonzada de pensar de ese modo. Si hubiera sido más calculadora se habría permitido tener aventuras extraconyugales manteniendo a salvo las apariencias. No podía, se lo impedía algo que ella llamaba su honestidad. Así, cuando conoció al hombre que sería su primer amante, no quiso acostarse con él antes de pedirle a Luis el permiso de hacerlo, tal y como habían convenido de novios, en la época que Luis le afirmaba que vivirían a la manera de Sartre y Simone de Beauvoir. Luis aceptó y al día siguiente se volvió loco». Marvel Moreno es la Anaïs Nin del Caribe. Según sus herederos, esta novela no fue publicada -permaneció 25 años oculta- por estar supuestamente “mal hecha”, pero al leer al fin sus páginas se entiende que lo que les superaba era la carga sexual e irreverente de la obra. Así pues, gracias a todas las lectoras que la han reivindicado durante años, la publicación en Colombia de ‘El tiempo de las amazonas’ se ha convertido un bellísimo acto de justicia contra la censura.
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