La ejecución de sentencias civiles es indispensable para que se haga realidad lo dispuesto por los jueces y para que el sistema judicial cumpla de forma efectiva su función en Bolivia.
Permite hacer efectivo el derecho que ha sido reconocido en una sentencia. Sin la ejecución, la sentencia quedaría solo en papel sin consecuencias prácticas.
Otorga seguridad jurídica a las partes, al materializar lo que ha sido decidido en el proceso judicial.
Evita la arbitrariedad y el incumplimiento de las resoluciones judiciales, al establecer mecanismos para garantizar su cumplimiento.
Contribuye a afianzar el estado de derecho y la credibilidad del sistema judicial, al mostrar que las decisiones de los jueces no quedan solo en palabras.
Promueve la justicia y equidad entre las partes, ya que permite que aquella que tiene la razón pueda ver satisfecho su derecho reconocido judicialmente.
Desincentiva litigios maliciosos o temerarios, porque permite la ejecución de lo fallado evitando que se eternicen los procesos.
Da viabilidad al acceso a la justicia, completando el ciclo que permite transformar una pretensión en un derecho materializado.