DIEGO Y FERNANDA
1.- Bulerías.
2.- Fandangos por soleá.
3.- Cantiñas de Pinini.
4.- Soleares de Utrera
Ver a Diego del Gastor acompañar a Fernanda de Utrera con Diego concentrado en su arsenal de más de cien falsetas personalísimas, era gozar de dos intérpretes en la cima de su arte, unidos y enlazados en una relación simbiótica que llevaba a los dos hacia la máxima intensidad creativa.
Bulerías
Un favor te voy a peí
que te quites de la puerta
cuando me veas vení.
Te quiero yo preguntá
te camelo yo preguntá
si cuando tú me ves te alegras
o te sirve de pesá.
Con la Virgen del Carmen
yo no camelo ná
que se había llevado al pare de mis ojos
dejándome enojá.
Le pío un favó yo a Dios
que te quite de mi camino
que vas a ser tú mi perdición.
Compañero de mi alma
yo quise cambiá y no quiso
quise cambiá y no quiso
un pañolito de lunares
por otro de fondo liso.
Si traes dinero
todita la casa es tuya
pero si no lo traes
no hay posada ninguna.
A la gloria
y a su bendita madre Victoria
gloria al recién nacido gloria.
Yo te quiero
te voy a queré
aunque no tenga
pan que comé.
Me dicen a mí
que si yo te quiero
yo digo que sí
No pido posada
hasta mañana
en la madrugá
Fandangos por soleá
Si tú te marchas márchate
que yo a ti no te sujeto
esta es mi forma de ser
y tan poquito te quiero
que a mí no me importa el perdé.
Porque pintaban los pintores pintan
pintaban un rojito clavé
lo que no puede pintar un pincel
eran los ojitos verdes
que tiene mi niño José.
Por muchas vueltas que le doy
lo tuyo y mío no puede ser
tú eres hombre casado
y ahora tienes que cumplir
con lo que Dios había mandao.
Jugando los dos al mismo juego
me besaste y te besé
y luego total para qué
ni me debes ni te debo
porque me engañaste te engañé.
Cantiñas de Pinini
Tu cabello y el mío
se han enredado
como la zarzamora
por los vallaos.
Algunas mujeres hay
que no le temen a lo divino
formaban un casamiento
en la torvita de un camino.
La Simoncita
tiene un Simón
la Simoncita
ya se casó.
A Isabela en el baño
la vio el rey David
y se enamoró de ella
como yo de ti.
Ay qué tío
que a la medianoche
no me ha conocido.
Soleares
Me habías quitaito tú a mí el confesá
no quieres que yo vaya a misa
flamenquito malino
¿qué más me quieres tú quitar?
Para el día que yo me muera
te lo quiero yo a ti encargar
que la tierra que a mí me cubra
la tienes que venerá.
Perdí mi centro
y a mí me habían arrojadito al mar
y a fuerza de mucho tiempo
mi centro vine a buscá.
Yo soy la ciencia en el saber
era un don que yo a Dios le debo
cuando te tengo a mi vera
todito mi saber yo pierdo.
Quisiera ser como el aire
para yo estar siempre contigo
sin que lo notara nadie.
Qué dolor de madre mía
¿cuándo voy a encontrar una madre
como la que yo tenía?
Para cantar por soleá
había que nacer en Utrera
y a la Serneta escuchá.