ESCUELA DE DANZAS DE GURDJIEFF
Actividades virtuales
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“Uno mueve el movimiento y olvida el movimiento: esto no es el movimiento en sí mismo. Si, estimulado por cosas externas, uno se mueve, es el impulso del ser. Si, no estimulado por cosas externas, uno se mueve, es el movimiento del cielo”. (El secreto de la flor de oro)
Este antiguo dicho taoísta bien puede ser una introducción para la comprensión de los Movimientos, que tienen un lugar muy especial en la enseñanza de G.I. Gurdjieff. La ejecución formal de los movimientos, su acción externa, es el eco de una corriente de energía interior y más potente.
Mediante la repetición cíclica de una serie de actitudes, como en la reiteración de una plegaria, se agudiza la atención, liberando energías de diferentes calidades y densidades (lo que en la tradición hindú se llama prana) y permitiendo que se relacionen entre sí de una manera nueva. El movimiento exterior se inicia por un impulso que surge del interior, no ya de una atención unilateral, sino de una vigilancia abarcante apoyada en el cuerpo, en correspondencia con el sentimiento y bajo la mirada de la mente: una atención triple.
(Textos sobre los Movimientos y Danzas Sagradas de G. I. Gurdjieff, Las Danzas son para la mente, Paul Reynard)