"Y si me voy y os preparo lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis". Esta promesa nos llena de esperanza y nos recuerda que nuestro Señor regresará para llevarnos con Él.
La segunda venida de Cristo es un tema central en la Biblia, y nos anima a vivir cada día con expectación y preparación. En Mateo 24:44, Jesús nos advierte: "Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis". Esta advertencia nos llama a mantenernos vigilantes y fieles, viviendo de manera que honre a Dios en todo momento.
Mientras esperamos su regreso, debemos dedicarnos a vivir una vida de santidad y servicio. En 2 Pedro 3:11-12, se nos exhorta a vivir "en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios". Esto significa que debemos esforzarnos por reflejar el carácter de Cristo en nuestras acciones y palabras, y compartir el evangelio con aquellos que aún no conocen a Jesús.
La esperanza del regreso de Cristo también nos da consuelo en tiempos de dificultad. En 1 Tesalonicenses 4:16-17, se nos asegura que "el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor". Estas palabras nos recuerdan que, sin importar las pruebas que enfrentemos, tenemos una esperanza gloriosa y eterna en Cristo.
Vivamos cada día con la certeza de que Cristo viene pronto. Que esta esperanza nos impulse a vivir con propósito, amor y fe, preparándonos para el glorioso día en que estaremos con nuestro Señor para siempre.
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