La noble y aristocrática Comillas, declarada Conjunto Histórico Artístico desde 1985, es conocida como la “Villa de los Arzobispos” porque en los siglos XVII y XVIII nacieron cinco prelados que ocuparon importantes diócesis.
Sus primeros pobladores se remontan a la prehistoria, en cuevas como La Meaza. En la Edad Antigua existió un castillo cerca de la zona urbana.
La escultura modernista del Ángel de Llimona, con espada en mano mirando al mar, custodia el camposanto que se extiende en lo alto de una loma sobre las ruinas de una antigua iglesia del siglo XV. Cuenta la leyenda que fue abandonada por sus feligreses en solidaridad con una mujer mayor, expulsada del templo por ocupar el lugar reservado a las autoridades. Cada vecino de la villa dedicó un día a la semana a la construcción de la nueva iglesia de San Cristóbal en el siglo XVIII.
De estilo barroco montañés, con una Espadaña estilo neoclásico situada sobre el presbiterio y la sacristía, tiene planta de salón con tres naves, y cubierta de bóvedas de tradición gótica formadas por terceletes y combados.
El Antiguo Ayuntamiento es de finales del siglo XVIII, y se construyó sobre las ruinas de la ermita de San Juan y el Hospital de Peregrinos. El actual Ayuntamiento, es una construcción de tipo indiano adquirida por el Marqués de Comillas para su madre, que fue residencia veraniega del Rey Alfonso XII en 1881.
Comillas gozó de máximo esplendor económico por iniciativa de Antonio López y López, indiano emigrante a Cuba y fundador de la gran compañía naviera "La Trasatlántica", valiéndole el título, otorgado por Alfonso XII en 1882, de primer marqués de Comillas.
Al lado del Ayuntamiento está la Plaza de los Tres Caños, donde además de una casa blasonada y una torre se encuentra la fuente modernista del mismo nombre, como homenaje al Marqués de Comillas.
Los notables edificios de Comillas son de arquitectura modernista de la escuela catalana de finales del siglo XIX y principios del XX.
El palacio de Sobrellano, de estilo neogótico, fue diseñado por Martorell y Domenech i Muntaner, por encargo del primer Marqués de Comillas, entre 1.881 y 1.888.
La fachada está muy ornamentada, con relieves de estilo mozárabe y decoración del gótico inglés parecida a los palacios venecianos.
Al entrar encontramos una impresionante escalera de alabastro y un gran salón decorado con pan de oro en las paredes, preciosas vidrieras, y paneles pintados por Eduardo Llorents, contando la vida y obras del marquesado, como son la inauguración del Seminario de Comillas, la bendición de la Capilla-Panteón, la gran Revista Naval del Puerto de Comillas en 1881 o el embarque del vapor “España” en el puerto de Barcelona.
El palacio tiene una Capilla exterior realizada por Juan Martorell, construida unos años antes que el Palacio, concebida como templo y panteón familiar con mausoleos de mármol.
Cerca de allí está el palacio modernista del arquitecto catalán Antonio Gaudí denominado "El Capricho", o “La Villa de Quijano”, de estilo arabesco y construido como residencia de verano.
El Indiano Máximo Díaz de Quijano, abogado y familiar del Marqués de Comillas, que era suegro de Eusebi Güell, el gran mecenas de Gaudí, fue el vínculo que proporcionó este encargo, edificándose entre 1883 y 1885. Pero su promotor no pudo disfrutar apenas de “El Capricho”, al fallecer unos meses más tarde de terminarse las obras.
El Capricho hace referencia a la composición musical libre y fantasiosa.
La Puerta de los Pájaros es un encargó a Gaudí, en 1900, para el acceso de coches y personas a La Casa de Moro, que realizó con desechos de piedra y materiales tradicionales en la construcción de muretes, llena de fantasía, que cuenta con un agujero para que entren los pájaros.
Más adelante esta ermita dedicada a la Virgen de Santa Lucía y su bonito mirador. Aquí hubo dos atalayas para los vigías que buscaban ballenas en el horizonte. El pequeño puerto está protegido por un dique de abrigo construido sobre el arrecife, con una pequeña dársena poligonal en el interior.
El Corro de San Pedro lo delimitan una casona del S XVIII, con balcón volado y gran escudo, y el antiguo Parador.
La estatua del Corazón de Jesús está en el barrio de La Peña situada en lo alto de un pedestal.
El Corro Campíos es un lugar de ocio del centro de la villa. En el se jugaba a los bolos y se celebraban los bailes y las fiestas. Es el punto de encuentro y reunión de vecinos y visitantes.
En el alto de la Cardosa está la Universidad Pontificia, de estilo neogótico con influencia mudéjar con su característico color rojizo. La puerta de la Universidad es de ladrillo y cerámica con reflejos metálicos. En el escudo de piedra labrada, aparece la tiara y las llaves pontificias junto al anagrama jesuítico, Jesús de los hombres salvador.
Palacios, casas solariegas, bellos edificios, pequeñas plazas, parques y rincones empedrados completan esta villa, un lugar para enamorados y enamorar.